Segunda mano

He recorrido tramos en segunda mano. Es un decir. Me gusta recorrer esos espacios en los que tienen a la venta objetos en un uso distinto a la primera vez. Y que son buenos, aún, tienen otra vida, un mueble, libros, cámaras viejitas, cuadros y muñecas, fotografías y postales. Una guitarra roja, con historia, a la que acudo cada vez de la nostalgia por el futuro que viene. Imagino una tienda más grande y completa, pulga saltarina en petate de ocasión, y los traga monedas. En  brownsville solía llegar, apasionado, por el mirar y comprar. La segunda vuelta en la segunda mano, segunda oportunidad. Era sólo los domingos. Ylos discos del dolor aparecían como relámpagos del norte con Cornelio, si. Cornelio y Ramón, y los reclamas por los precios. Camara compre, libros de Monterroso y Paz. Relojes de pared que vieron otro tiempo, teclados Yamaha, yendo a las canciones norteñas. Buenos precios. Ah y el libro aquel de amores de segunda mano. Suele suceder que sueño nubes, tapetes, dulceros, y navego entre objetos que reclaman mi mirada, y poseerlos, aluvión de ensoñaciones, sueños nocturnos, pedestres y cavernícolas. Películas también ocasionales. Y de venta en el cansancio la sed por coca cola y una hamburguesa de sirloin. No digas que a esto se refiere aquel dicho que reclama y dice eso se refiere a mi, que estupidez. Yo recorro los caminos, donde la gente por lo barato  busca un televisor usado. O aparatos para hacer ejercicio. Ese, aquel que bien recuerdas. Salud y buenas tardes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam