Tarde o temprano

Tarde o temprano nuestro cuerpo será devorado por el tiempo. O calcinado. Nada quedará huella para el recuerdo incluyendo la palabra olvido. Las escaleras no tendrán sentido ni en el juego combinado con serpientes. Los libros no tendrán cabida en el horario de fuego. Las hojas secas serán un visaje en la mirada si acaso. Las lagrimas y sonrisas quedarán solo en el recuerdo de otros que nos conocieron. Tarde que temprano los nombres serán borrados de la historia y vendrán series de números para identificaciones con actas de nacimiento y muerte dosificadas en imágenes digitales para el foniatra. La frontera del miedo será la misma que la de la alegría. Y los besos serán actos raros de la especie, incógnitas al desafío de los nuevos arquitectos y antropólogos. Tarde o temprano las ratas de laboratorio buscarán anzuelos del recuerdo, frases bellas, escaños, estaños y pulseras de oro. Las canciones apenas datos, así como los poemas. Quizá se salve el ajedrez y el espejo para nuevas funciones de la obra de teatro en la segunda mano de series consagradas.

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