Tercera mano

Ocuparnos en encontrar la paz tiene muchas rutas. Una de ellas es comprar objetos de tercera mano. Un disco rayado, de vinilo. Una bicicleta usada por tres dueños. Un auto con kilometraje de tercera vuelta, bien conservado. Una cafetera en uso aún por la tercera generación. No es cualquier cosa. Es simplemente que la basura es un destino negado. Y al flea market es un gusto ver tantos objetos a la venta luego que han pasado por distintas manos. Lo dije, ya en el anterior de segunda. Pero tercera mano es distinto. Un cancionero con guitarra. Y he de imaginar las voces de tres tiempos distintos, distantes. Ahora mientras escucho el bolero de Ravel,  doy lustre a mis zapatos viejos, piel de oveja.

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