Acostarse

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Acostarse es una de las actividades más placenteras de las personas. Los animales se echan. En cambio nosotros acomodamos nuestro cuerpo para descansar en la cama, hamaca, catre, petate, o algo que cumpla con esa función. Solo que cada quien nos acostamos de manera distinta. Como decir, por sus posturas los conoceréis.

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Una de las razones para acostarse es dormir, entrar a ese mundo inconsciente donde a veces se sueña algo, o nada. Y donde a veces los sueños son tan intranquilos, que se levanta la persona igual o peor: "como si me hubiera atropellado un camión", dicen. Y andan todo el día con un carácter de mírame y no me hables. ya no se diga, tocarles.

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Otros se acuestan asimismo para leer, solo que agarran un libro denso que funciona como somnífero, y a media página ya están roncando, como si estuviera una motocicleta encendida. "Yo no ronco", decimos todos. Y es que realmente no nos oímos. Y nadie nos hace el favor de grabarnos para saber y estar seguros que no nos dicen mentiras cuando aseguran que roncamos como locomotora o moto con escape roto.

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Pero lo que es acostarse ya para dormir, en ello cada uno tiene la posición que más les acomode para conciliar el sueño y quedar en brazos de Morfeo. Hay quienes lo hacen de manera disciplinada, como aconsejan los manuales de las buenas posiciones. No, el Kamazutra no, ese es de otro tipo de posiciones. No. Me refiero a las del acomodo del cuerpo para dormir. Unos viendo el techo de la recámara. "Ya le falta una pintura". Y las manos cruzadas en el pecho, como de fallecido en ataúd. Otros lo contrario, con la cara hacia la almohada, con riesgo de ahogarse o babear de saliva la almohada. No. El cuerpo hacia abajo, y la cara de lado para poder respirar.

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Se da el caso que algunos dormidos quedan con los ojos abiertos y hacia arriba, viéndose solo lo blanco, de tal manera que asustan al o a la acompañante. "Parece que está muerto". Y le ponen la mano en la boca (un tantito separada) para sentir el cobrizo aliento.

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Otros más se acuestan atravesados en la cama, no dejando lugar para otros persona, o en caso de que la haya, la apretujan hacia la pared, o de plano la tiran. Por la madrugada se escucha como que cae un costal de papas, pero es lo que sucede cuando uno queda atravesado. Los recién casados y “los amoroos”, de Sabines, se acuestan abrazados, apretujados uno con el o la otra. Todo bien, excelente, algo de miel y mucha dulzura.

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Los brazos juegan un papel muy importante en dicho acomodo. A veces uno de ellos se utiliza a manera de almohada, igual, porque ya se está acostumbrado, aunque ya haya almohada. Y otros quedan completamente con la cabeza de lado, como si estuvieran desnucados. Esto no es tan común, pero es como si se durmieran haciendo torsiones del cuerpo o posiciones de yoga. 

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Otros se acuestan, y están cambiando cada rato de posición, y esto sucede sobretodo cuando no pueden dormir y, contando borregos, se ponen boca abajo, boca arriba, las piernas estiradas, juntas, las manos así, asá, luego encienden la televisón, o toman un libro. Y nada que llega el sueño. Entonces les llega una chispa de inspiración, encienden la computadora, ponen música de Debussy, Chopin o Lizt, y se ponen a escribir la autobiografía de su vida. Llegan a tres renglones o tres hojas. Vuelven a leer lo escrito y sienten que el sueño con la paz y tranquilidad poco a poco van llegando.  Verbi gracia.

 

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Hay quienes dicen "ya vámonos a dormir". Pero tramposos que son, piensan en hacer el amor, lo cual es falso también. Porque hacer el amor es otra cosa muy distinta.



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