El mito del amor y el Narciso

El amor y el mito de Narciso
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Una de las dudas planteada siempre es sobre si el amor existe o no. Y se presentan argumentos a favor y en contra. Pero todo tiene su base en el concepto del amor que tiene cada quien. El concepto amplio y generoso o el específico y de pareja. En el amplio, el hombre ama la vida en general, y por lo tanto ama también las particularidades de las cosas, sin que haya decepción alguna.
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Amar el mar no falla, no te traiciona, no te depciona. Lo mismo el paisaje, o las estaciones del año. En cambio si amas y te ama una persona llega el momento en que por una o varias razones se acaba la magia del amor. Por más de las promesas de “por siempre y para siempre”, y “del tamaño del mundo”, jurado amor eterno, el desgaste diario, las ausencias, desatenciones, el aroma de otras flores y humo hace que se vaya terminando lo que un día inició como perfecto y único.
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Llamarlo mito, no quiere decir que sea mentira, que todo haya sido falso como una moneda de 7 pesos. No, solo que el tiempo pasa, y las circunstancias específicas que le dieron origen han pasado a mejor vida. Aunque lo bailado ya nadie lo quita. Queda sí, el recuerdo en la memoria, el libro aquel, una película, una tarjeta escrita con letra garigoleada, una equina oscura, un parque, un recuerdo en el rincón de la memoria, no de la cantina. Aunque también, historias que el cantinero guarda bien. “Sírveme otra, compadre”. ¡Hasta compadre le dice el decepcionado al cantinero!
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El amor efímero, pasional, de entrega total, ha sido motivación para crear las más bellas canciones. Por amor, personas poderosas han construido palacios, verdaderas obras de arte que quedan para la posteridad, como entre otros El Tajh Malh. Por amor han caído reinos y se han inventado otros. Y por amor la casa más humilde ha sido percibida como el palacio más sublime. Lecho de rosas es el lecho humilde donde el amor erótico hace vibrar.
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Por amor, como especie de encantamiento, han recuperado el entusiasmo por vivir y de hacer cosas importantes, hasta aprenderse otro idioma, para poder comprender las palabras de quien en miradas lo dice todo, o casi todo.
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El amor de un hijo a su padre y madre. EL amor de los abuelos por los nietos., en los que hay disfrute de las horas, pero también en sus cuidados cuando la edad se sobrepone. El amor de las personas a sus mascotas, sean estos perros, gatos, ratones, caimanes, tuzas, pulgas bailadoras, etc. El amor por un libro. EL amor a la tierra que nos vio nacer. Todo este tipo de amores es incondicional.
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Diría Juan Gabriel que la costumbre es mas fuerte que el amor. ¿Sera? Lo seguro es que el divo de Juárez sabía y mucho de composición de canciones.
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Y hablando de mitos, el amor de Narciso, Hijo de Cefiso y la ninfa Liríope. Era un joven de apariencia muy bella, de quien todos se enamoraban y él rechazaba. Entre todas sus enamoradas Eco era una de ellas, que estaba castigada a repetir la última palabra de lo que los demás decían. Esta una vez siguió a Narciso hasta un lago. Este se da cuenta y pregunta ¿quién anda aquí? "Aquí, aquí", responde Eco. Así siguieron platicando. Luego ella se deja ver y abre sus brazos. Narcizo la rechaza. Y esta se esconde en una cueva hasta que muere (por eso en las cuevas se escucha el eco). Pero antes pide castigo para Narciso. Y este es castigado de enamorarse de sí mismo.
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Narciso se asoma a la superficie de un lago y ve su reflejo. Y ya no puede quitarse de ese lugar, enamorado a como estaba de sí mismo. Al no poder ser correspondido por sí mismo, entonces se mata lanzándose al agua, donde se dice que creció una flor, a la que se le puso precisamente el nombre de Narciso.
*Fotos tomadas de internet
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