Pompas fúnebres (aquí queda el que vivió una vida de sueño)

1

Hasta aquí se llega. Queda atrás la sonrisa y el orgullo, la vanidad y las ambiciones. Si algo hay después, ya lo sabremos. Mientras tanto a reconocer el límite, esta frontera atroz, que es muestra clara de la incertidumbre, con la que vivimos. 

2

"Y no creían que me dolía", dice un epitafio, entre dos fechas de año, como un paréntesis, que señala lo que fue un tiempo, y dejó decirlo, así sin más, con llanto de los deudos, con enojo de los acreedores, con llanto del corazón de quien queda sin ala, a media voz.

3

Hay un meme alusivo, que apenas ahora vi. Es un esqueleto que como muchas fotos de vivas, mostraban su trasero, orgullosas, y que bien, para deleite de mirones, pero este meme es de un esqueleto en la misma posición. Donde había volumen voluptuoso en vida, en muerte, que representa el esqueleto, solo queda quesería de la parte media posterior, debajo de la cintura.

4

Catrinas vivas, con catrinas muertas, haciendo los desfiles, todos confundidos, preguntando, si uno o el otro es de verdad. Eran como espejos, todo dudoso. Si una o la otra era la original, y las demás mala copia, entre maquillaje y brebaje, entre disfraces y esencias. Pero todo fue buena presencia, para celebrar estos días de imaginación y realidad, representación de nuestro destino final. Así hoy y mañana, con las cálalas macabras o macarrones, como dice el anuncio.

5

Y conforme pasan las horas y los días. Conforme pasan los meses y los años. Nos vamos acercando. De jóvenes sin pensarlo, solo quizá como referencia y muy lejana. Miramos pescados muertos. Perros o gatos en la carretera igual, muertos. O escuchamos el "murió como perro". Y tantas cosas más. Pero en esa edad no nos toca ni de chiripa, solo que a veces un accidente l que se hace referencia sobre: "y tan jóvenes que eran". Y nada más. Y nada más. Solo eso.

6

Dice un amigo: "¡Me da miedo, Toño, ya están muriendo los de nuestra generación!" Eso me lo dice ahora. Hace años me lo decía de otra manera Toño, cuando niños morían nuestros abuelos o los de los amigos. Cuando éramos jóvenes morían nuestros padres. Y cuando estemos en la tercera edad morirán los de nuestra generación". Y en esas andamos, haciendo recuento de los amigos cercanos o lejanos.

7

Liliana tenía 20 años,  estudiante de Arquitectura en la UAM, era hermana de la escritora paisana Cristina Rivera Garza. El asesino  fue su ex novio, Ángel.  Murió asfixiada. Era inquieta, lúcida, inteligente, amiguera. Con todo el futuro por delante. Los hechos sucedieron en 1990. Y 31 años después queda impune si vil y abyecto asesinato. Hay que morderse los labios, hasta sacarse sangre, por la impotencia. El dolor sentido por su familia y amigos no migra, duerme con el paso de los años. El dolor fertiliza y aparecen otros frutos, ninguno de dicha, apenas algo de resignación, en referencia al destino. Pero qué manera. Todo lo anterior lo relata la autora en un libro de reciente aparición "El invencible verano de Liliana. Inicia con la búsqueda, 30 años después, del expediente criminal. Desarrolla el tema doloroso con textos de su hermana (recios, cartas, reflexiones, apuntes rápidos), y testimonios de sus amigos cercanos. Rescata con el libro la memoria de su hermana. La hace pública. Y destaca la impunidad, la nuestra, la que mata en lo civil doblemente.

8

A veces pienso sobre mi muerte, en modo y tiempo. Y pienso asimismo qué será después de la vida sin mi, quién se acordará, quién llorará algunos días después, quién me extrañará, "con esa guitarra, que la hacía sonar". A dónde irán mis libros a parar. Cuándo se develará el velo de la memoria. Y pensar que la vida es bella, pero efímera y fugaz. Todo eso pienso. Lo pensaba antes, lo pienso ahora. No hay más. ¿Qué nos llevaremos? Nada más que una muda de ropa. En silencio. Discreto adiós. 

9

Le agradezco a Héctor Argüello la calavera que me envía desde Matamoros. De corazón, Héctor. En memoria de Toñita, su hermana, quien me leía, y platicábamos, por esta bendita red. No es fácil escribir, ni tampoco difícil. Es una decisión. No importa lo que aparezca, pero es el sentimiento, el alma y el corazón que hablan. Y los lectores se dan cuenta. Ayer apenas leía que no hay poder humano, salvo cometiendo errores, de poder definir la calidad entre los escritos. Porque cada quien tiene su propia musa, a veces ilusa, que nos atiende. Y ya con eso es más que suficiente para sentirnos bien, justificados en la vida.

10

Mi calaverada de hoy:

"Aquí quedó en polvo/ el vanidoso esqueleto de Toño/Ni su corazón cariñoso se salvó/ comió y bebió suficiente/ amó cuanto pudo/ más al fin llegó/ a tan anhelada estación:/ la muerte. 

Al fin descansa sereno/ de tanta cuita y alegría/ Nada se pierde/ pues reía como malvado/ porque nada ganó/ si acaso la dicha de no ser señalado/

Fue de gris su color/ a veces con brillo/ alguna chispa tenía/ no fue pintor/ ni fotógrafo/ ni escritor/ ni periodista/ acaso hacedor de limonada con grata sonrisa/ no cantante/ acaso amante/ en función de la rima.
Un día como hoy se recuerda su alma. Gloria en dicha mezcla con desdicha/ como toda natural vida. Sombras y luces.
Aleja diablo tu querer/ de llevarte su alma ambiciada/ quedará ahora en el limbo/ entre el hacer y las hadas/ musas cercas o lejanas/.
No dijo adiós cuando se fué/ no quiso ver llorar. Nunca supo que su muerte entristeció/ a más de una alma engañada/ ...en el buen decir de las palabras.
Adiós enterrado aquí está.



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