Adiós a Froylán

Los viejos lectores de la revista Proceso, los que venimos desde las editadas bajo la dirección del gran Julio Scherer, reconocimos una pluma puntual y puntillosa de esa revista. Era la de Froylán López Narváez. No recuerdo exactamente en qué página, quizá en la 7 o 9, aparecía su columna, que de alguna manera editorializaba el conjunto de lo publicado centrándose en un tema, en la línea, siempre de crítica al poder y sus abusos, pero siempre también con información, claridad y lógica. 

Ayer murió a los 81 años. Descanse en paz. Ya descansarán también en paz, al menos de su parte,  quienes desde el poder reciben sobornos, son cómplices de la oligarquía criolla y  trasnacional, realizan contratos aprovechando información privilegiada, etc.

Froylan era críptico y telegráfico en su redacción. A una expresión de entre seis y quince palabras, le seguían expresiones de una o dos. Como goles y golpes certeros y precisos. También como balas, como flechas, como dardos. De alguna manera los pie de foto de las fotografías publicadas en Proceso llevaban ese estilo, aunque no fueran de su autoría. Una palabra, cuando mucho tres, para el pie de foto. Era muy notorio. Conlleva una capacidad de síntesis fenomenal. No solo para quien así escribe. Sino haciéndose cómplice de los lectores, como si fuera un guiño a su inteligencia.

Solo de saber que también era defensor de la rumba, ya lo elevaba en mi mente como todo un personaje especial: crítico y alegre, solidario con las causas sociales y culturales. 

Potosino. Rumbero. Maestro universitario. Periodista y locutor. Froylán es creador de las frases "La rumba es cultura" y "todo aquel que no baila es sospechoso". 

Descanse en paz Froylán.