Yo sin la música no puedo vivir

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Yo felicito de corazón a los músicos en su día, tanto a hombres y mujeres. Lo mismo a quienes estudiaron y a quienes son empíricos. Y es una gama muy amplia de ellos. En cualquier instrumento que toquen. Sobre cualquier material que percutan. Sobre cualquier tema que compongan. La música es una diosa que abre los brazos para todos. Y abraza nosolo el cuerpo sino principalmente el alma.

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Yo no bailo. Pero siempre la música hace que de manera automática yo mueva mis pies de plomo. Por eso disfruto esos ambientes. Y me quedo mirando a las parejas que se mueven como solo Dios les pudo haber dado ese don. Yo me conformo con mover los pies.

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Y en mis felicitaciones ojalá que no se me escape nadie, sean empíricos o "de nota": músicos de tríos, de duetos, de orquestas sinfónicas, de bandas de pueblo, de conjuntos tropicales y de rock, pianistas, de marimbas, compositores, mariachi, cantantes, coros, cantautores, músicos que tocan en la calle, de los que andan casa por casa con tarola y saxofón, con esposa e hijos, de los que tocan en iglesias o templos, en los circos, de los que cantan en los camiones, de los que hacen ritmo con botes vacíos de pintura. También mis felicitaciones a los maestros y alumnos de música.

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¿Y la música?, es la pregunta que se hacen todos los que van a organizar una fiesta. Y de acuerdo al concepto y el presupuesto es que se aplican en conseguir quién deleitará y amenizará con las notas musicales. Y además un solista de saxofón o violín, dicen las personas románticas a más no poder.

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Felicidades a mi maestro de música de la secundaria, Juan Pablo Puente Vallejo que gracias a él me fue inculcado el gusto por la música popular. Nos dio a conocer en clases más de ciento cincuenta canciones de todo tipo, varias de ellas alusivas a fechas de festividades, y otras por ser de gran arraigo en la cultura popular.

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Entraba con un acordeón. Nos deleitaba por unos cinco minutos previos al tema de la clase. Las notas, el pautado, los compases, los silencios, los ritmos, etc. Y luego escribía en el pizarrón o dictaba una canción: "Cuando vayas a Madrid, chulona mía"; "Cucarachita Martina, ¿quieres bailar?"; "Cuando escuches este vals has un recuerdo de mí"; "De las lunas la de octubre es más hermosa"; "En esta noche clara de intensos luceros, lo que yo te quiero te vengo a decir"; "Han nacido en mi campo dos arbolitos, dos arbolitos que parecen gemelos; "Acuérdate de Acapulco, María bonita, mMaría del alma"; "Ya se va la embarcación, y se va por vía ligera, se lleva a mi compañera, ay, la dueña de mi amor"; "Peregrina, de ojos claros y divinos..."

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Ariel, Tolín y Javier Zamora, compañeros de secundaria, y un servidor, nos reuníamos en las tardes para jugar a que teníamos un grupo musical. Ariel con una cubeta y lata de pintura vacía; Javier con la trompeta o guitarra; yo con guitarra hacía el bajo y Tolín en la voz. Interpretábamos canciones de Rigo Tovar, Renacimiento y de Javier Passos. También con Chuy Rojas, que tenía una bonita guitarra eléctrica y con Efrén Mireles, que tenía un bello teclado, me reunía. Pero sobretodo estábamos en la rondalla y el mariachi de la escuela. En el mariachi, Joel Gazcón (hermano deJose Luis Gazcón, uno de los cantantes de los Yaki, el otro era Benny Ibarra) tocaba el guitarrón, yo el violín, Javier y el profe Puente la trompeta, y teníamos a compañeras muy lindas que cantaban con una voz fuerte y agradable.

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Y parafraseando a Gabriel García Márquez publicitario: "Yo sin la música no puedo vivir"