La alegría del nuevo día
La alegría del nuevo día
¿Siempre fue así?
Cierto no, fueron las prisas
por sobre las risas
El andar persiguiendo
futiles cosas
perdiendo el tiempo
en inútiles desvelos
Donde a porfía
a fuerza se quería
lo que no era y no fue
para mí
Y quedaba al lado
-mil veces postergado-
el sueño del alma
la utopía del ser
Más nunca es tarde
para saber
entre más temprano mejor
de ver y gozar el nuevo día
solo por el nítido placer
de ser parte de lo universal
aunque sea en mínima parte
valorar todo ello es el arte
Y saborear el momento
con una taza de café.
Buen día a ti, a todos.
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