Hemos coincidido

1

Llegas por fin a la estación de tren. Lo habías pensado mucho para decidirte. Y entras. En la sala nadie espera. Ni vendedores de algo. Con tu boleto en el bolsillo, te sientas y sacas un libro para entretenerte mientras llega el tren que nunca llegará. 

2

Has salido a caminar por las antiguas  veredas del sueño. Siempre es necesario algo de ejercicio.  Uno, dos, uno, dos, los pasos rítmicos. Las flores secas por el camino. Nadie atrás de ti, nadie adelante. Tú sigues caminando con la esperanza de decirle buenos días a alguien. 

3

Era hora ya. Fin de semana para un viaje cercano. Quizá a la playa. Al pueblo mágico del que te han hablado maravillas. Tomás las llaves de tu auto. Subes y enfilar hacia la salida de tu porosa y pólvora ciudad. Y sales a la carretera con ruta definida. Bajas los cristales. No sientes el viento. No sientes el calor. Pasan las horas. Ya quizá unas cuatro. Ningún coche se ha cruzado contigo. Las únicas señales son flechas con la palabra siga. Y sigues.

4

Subiste a la Nube gris, bicicleta que te acompaña desde hace años. De poco uso, sí. Pero al fin has decidido hacer ejercicio. Y estás dando vueltas,  como si fuera un sueño, a la misma manzana de tu  oponía. A nadie miras. Nadie sale. Nadie camina. Y las casas parecen abandonadas. Les hace falta una mano de pinturas, te dices. Y sigues Ltededor de esa manzana. 

5

Estás sentado en la banqueta de tu casa. En las manos Un libro que no lees. Así que puede ser cualquiera. Ayer en lo mismo. Nadie pasó. Nadie pasa, como antes. Un saludo. Una sonrisa. Un guiño. Motivos para la sonrisa. Todo eso se encuentra en los apuntes.

 6

Era el parque deseado. Lo imaginas como de un cuento de Chejov. Hojarasca. Bancas vacías. Te sientas en una, como todas las tardes. El fresco de otoño te atrae. Y miras para todos lados. Un perro se acerca y esperas que mueva la cola y se acerca. Y pasa frente a ti. Quizá ha perdido el olfato. Dicen que su mirada es menos sensible. Es una posibilidad de explicación

7

Te trasladas al pasado. Al frente solo neblina errada. Alcanzas a vislumbrar sombras, que significan los esfuerzo para olvidar cuitas. Corres con desesperación dado tumbos. Caes y te levantas. Sigues caminando. Lento y a tientas.

8

Dice "silencio" en la entrada. Entras, y las tumbas con cruces dominan el panorama. Buscas vida. Vida humana. Aunque fuera solo una persona para preguntarle, decirle algo, escucharla. Nadie. Caminas entre los pasillos en los que la hierba alta no se te enreda entre los pies como otras veces.  

9

Era un sueño la vida. Es entonces que despiertas. Y miras a tu alrededor. Hay calma. Una luz suficiente para ver a detalle las formas de las cosas, sus colores. Y el paso del agua cristalina de un río en el que se alcanzan a ver peces de colores. Y todo lleno de personas. De distintos lugares y tiempo. "Qué lindo es coincidir", te dices. Y empiezas a tararear esa canción que dice así: "

10

"Si la vida se sostiene por instantes/ Y un instante es el momento de existir/ Si tu vida es otro instante, no comprendo/ Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio/ Y coincidir
Soy vecino/ de este mundo por un rato/ Y hoy coincide que también tú estás aquí/ Coincidencias tan extrañas de la vida/Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio/ Y coincidir."

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