En mi barrio cuando veinte años son nada
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Ayer fui en la mañana al laguito, lugar emblemático de Matamoros. Es un cuerpo de agua al oriente de Matamoros, frente al hospital del Issste, y a un costado el hospital público Pumarejo.
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Comprome un café y un pan. Y me fui a sentar a una de sus bancas. Una pata me hizo compañía todo el tiempo que estuve allí. Me movía a otra banca y se movía. Y al final me acompaño hasta donde estaba mi auto. Alzó una ala y me dijo adiós.
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De allí me fui a casa de mi hermano, que fue la casa de nuestra niñez. Algunos árboles qué recuerdo de ese tiempo siguen en su lugar. Un mezquite, un árbol de moras, el muicle y un canelón. Mi hermano estaba platicando con Chayo su amigo, que igual ko fue de mi otro hermano qué el próximo febrero cumple un año de muerto. "El Matacas", le decía él. " El buitre", fue su apodo de adolescencia y juventud.
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A Chayo mi padre le decía "Chayote". "¡Ese Chayote!". Me lo cuenta este. Allí me pasé la mañana y tarde. Un montón de anécdotas. Rosario Chayo fue uno de los futbolistas más importantes de Matamoros. Llanero sí, pero importante. A él le pagaban para jugar en los equipos. "Lo mismo a Rafa, me cuenta de otro vecino. "Ambos andamos con pata chueca por los tantos golpes. Antes no nos poníamos protector en las piernas. Los choques eran de verdad".
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Pasamos revista a quienes han muerto. Ya el callejón 6 está sin sus camaradas. Murió Benito La mini; Juan Mona; Pilo; Mariano; Armando Tovar (mariachi), Gabino, Daniel, otros y de los últimos Juan Silva.
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A l rato se integró a la plática Agustín a quien por su condición de sordo le apodan El Mudo. Este es originario de Tampico, radicado desde hace muchos años en Matamoros. Es vecino adjunto. Y tiene su familia. Su esposa es Estela Maldonado, también de condición silente. Sus hijas ya cadadas. Ambos se han ganado el aprecio y el respeto de los vecinos.
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Agustín es muy trabajador. Siempre anda realizando trabajos de pintura y albañilería. Y por el trato de años y cotidiano con mi hermano, ambos se entienden casi perfectamente. Me traduce. Y en las medidas de mis posibilidades nos comunicamos. Fue trabajador en Brownsville, donde pagan mucho mejor. Hasta que lo descubrieron los de migración y le cortaron a tijeretazo limpio la tarjeta. Y hace la seña de tijeretear con los dedos. "¿Y por qué?", pregunto. Hace la seña con dedos y ojos de que le vieron. Luego señala su pantalón pintarrajeado. De qué lo descubrieron que iba a trabajar.
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Con dos tres cervezas Bud ambientamos la plática y fondo músical de Los Yonics con "Palabras tristes" (cuyo cantante recién falleció por Covid) y Ramón Ayala, "Casa de adobe" y "Mujer casada". Entre otros cantantes y grupos.
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Al final me despedí de ellos. Y ya de salida vi que mi hermano platicaba con otra persona. Era Chano, hermano de Lupe, Gloria y Baldo, hijos de Andrea y Chabelo. "Soy Chano. Y tengo 75 años. No fumo ni tomo". Me dijo luego de que le comenté que se veía muy sano, muy fuerte. "Tomémonos una foto para que me crean que te vi " , le dije. Sonrió. Y me despedí de los recuerdos en vivo de mi infancia. Ya humo estaba entrando en mis ojos. El callejón, sus casas que ahora son otras con otros vecinos qué ya no conozco.
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Yo andaba reconociendo como si fuera fantasma que vuelve a los lugares por donde transitó en su paso por la tierra. Me acompañaba sin duda mi madre, quien un día como ayer la estábamos velando. Había muerto en Navidad, pero veinte años atrás, que sigue diciendo Gardel en su tango que esa cantidad de años es nada.
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