De Cartas( a Roberto Martínez Amaro)

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Muy estimado Roberto

Que gusto dirigirme a ti, mediante esta carta. Lo hago con el finde reiterarte mi aprecio con este nostálgico modo, ya casi olvidado. No soy ingenuo, y por lo tanto sé que no volverán esas épocas en las que como en nuestro juventud pasaba el cartero y teníamos la esperanza de que se detuviera en nuestra casa con una carta a nosotros o a nuestros familiares. Bella época, sin duda. Estos años modernos tienen otras características, en ls que la tecnología juega un papel muy importante, pero no más que los valores humanos.

2

Me dio gusto empezar a las reuniones de celebración del grupo como egresados. Prácticamente empecé a llegar ya a la de los 35 años y los 40. Así que dejé de ver a casi todos los compañeros en todos estos años. Apenas unos dos o tres que me pasaban a buscar o yo a sus casas. Nada más. Por eso me dio gusto saludar y abrazar y verlos reír y reír juntos con la mayoría, que son los que han llegado a estos eventos. Ya esperamos la siguiente, solo que hay que esperar que pase el Covid.

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Me dio gusto enterarme de que eras consuegro del gran amigo Juan José, a quien me unió igualmente una gran amistad. Y pues tengo la tristeza, de manera diferente, aunque igual, que tú y su familia por su prematura muerte. De hecho él pasó por mí en 2019 para ir a los eventos y luego para ir a una carne asada en la casa de Yayo, donde estuvimos algunas horas. Y también recuerdo que dos o tres años antes cuando tomamos un café, y me dabas el raer a casa de mi hermana donde me quedaba, te llamó Juancho, para ir a su casa, donde había carnitas. Se le extraña mucho y duele. Y sin embargo el tiempo sigue su marcha, y nosotros con la conciencia de que estamos de paso.

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Permíteme destacar que lo tuyo siempre ha sido el buen corazón y el futbol, tu pasión, aunque también te vi jugar basquetbol en la escuela. Siempre muy destacado. Y en el futbol siempre integraste la selección campeona de futbol de la Normal, que salía a jugar a los juegos internormales que traían casi siempre el trofeo del primer lugar (o en todo caso el 2o). Del grupo eran varios los que estaban en la selección: tú, Javier, Yayo, Mauricio, Coco, y nuestro portero Rafa, que por acá en Tabasco también como yo se quedó ha echar raíces. Tu juego siempre fue muy bonito y limpio, de pases tranquilos, y siempre se notaba que disfrutabas el juego.

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Todas estas veces que nos hemos reunido, me ha dado gusto escucharte, con una tranquilidad que habla de tu paz interior, de tu tranquilidad, que es un estado necesario por alcanzar para todos.  Quien lo alcanza irradia paz hacia quienes les rodean, y de seguro que se enferma menos, porque todo su ser está en calma lo cual lo irradia hacia todas las células del cuerpo. Digo, eso es lo que creo. Además que me has recomendado lecturas de ese tema, y lo agradezco, porque me han hecho mucho bien.

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Pero junto a ello todas esas lecturas, te hicieron alguien mejor, que proyectas mucha confianza. de tal manera que todos los compañeros confían en tí y en los otros que han sido los organizadores de nuestras reuniones, dedicándole tiempo, gastando gasolina, pero ustedes lo hacen siempre de buen corazón, y es de admirar y agradecer.

7

¿Te acuerdas, Roberto, que en la hora del recreo de la Normal a veces juntábamos nuestros pesos para comprar algo y lo compartíamos? No lo olvido, y lo cuento cada vez que puedo. Nuestros padres hicieron esfuerzos extraordinarios para lograr que avanzáramos en los estudios, que en mi caso ellos no los tenían, pero querían que nosotros sufriéramos menos de grandes. Héroes fueron nuestro padre y madre, y los hermanos mayores, también en mi caso, e imagino que también en el tuyo.

8

Antes de despedirme te comento que estoy haciendo este ejercicio de escribir cartas a los amigos y amigas. Una o dos diarias. Apenas llevo como seis. Y espero llegar a unas quinientas. ¿Es demasiada la meta? De hecho ya tengo algunas anteriores, que las escribí de manera esporádica. Ahora ya con disciplina. Y me da gustoescribirte esta a ti.

Ahora sí me despido, Roberto, con el agradecimiento a la vida por haberme permitido coincidir en el grupo C de la Normal 75-79, y contar con tu amistad. Espero vernos pronto, y lo digo a la manera conque mi padre se despedía en sus cartas que les mandaba a sus hermanos y hermanas de Guanajuato: “mejor vernos que escribirnos”. Y esto lo dejamos pendiente para continuar la plática. Y a seguir cuidándo nuestra salud, que siempre ha sido la mayor riqueza que tenemos como seres humanos.

Un abrazo fuerte,

De Antonio. Villahrmosa, tab; diciembre de 2021

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