De Cartas (a Ciro Ortiz)

 1

Mi muy estimado Ciro:

2

Que gusto en escribirte, para dar un repaso un poco de mi vida y recordar esa tarde en Monterrey, cuando nos reunimos para visitar a nuestro líder Oscar. Fíjate que soy un viejo soñador que extraña las cartas. Quiero mucho el internet y disfruto la tecnología, que no qué. Pero creo que hemos sido afortunados en vivir distintas épocas.

3

Estábamos ya varios reunidos en el restaurant del hotel en Monterrey. Y te vimos llegar. "Allá viene Ciro", dijo alguien. Y efectivamente eras tú, que rápidamente hicimos grupo y seguimos la plática como si regresábamos el tiempo más de 40 años atrás. 

4

Porque en nuestras pláticas siempre haremos un viaje en la máquina del tiempo (perdón por lo exagerado), y repasaremos algunas anécdotas de las que fuimos o bien protagonistas o testigos de hechos en los que amigos y amigas conocidas participaron.

5

Que bueno que pudiste llegar a Monterrey. Ese día estaba lloviendo o había llovido mucho. Y ya imagino calles y colonias enteras inundadas, como con cada lluvia. Y andar buscando las vías para salir a la carretera rumbo a Reynosa.

6

Yo te cuento que llegué a Tabasco a finales de septiembre de 1979, recién egresado. Quise regresar, más luego en 1983 entré a estudiar Ciencias de la Educación  en la Universidad Juárez Autónoma Tabasco. Y en esos cinco años de carrera hice mi ambiente y decidí quedarme. Ya empezaba a escribir y había encontrado la manera de relacionarme con personas del medio cultural y periodístico. Entonces ya tomé la decisión, viajando cada año a nuestro Matamoros querido. 

7

Y al coincidir contigo y todos los demás amigos alrededor del liderazgo de Oscar fie maravilloso. Porque allí nos formamos, desarrollamos ciertas habilidades teniendo como base la lectura, y las participaciones en las reuniones. Y más escuchar los ensayos de nuestros amigos declamadores y oradores. Y luego verlos en los concursos, donde obtenían los primeros lugares, el Joel, Oscar, Celso, y otros, fortalecían nuestro concepto de que la palabra era la reina de todas las habilidades  y de seguro la impulsarse siempre como maestro y como director de escuela.

8

Y te recuerdo bien en la reunión con Óscar, Óscar sentado e inclinado en el mueble grande de sala. Yo sentado con él, y tú parado en el otro extremo. Todos no sabíamos qué decir, con nudo en la garganta por la emoción gustosa de verlo y de tristeza por su condición de deterioro físico. Y nadie atináramos a decir palabra. Pero tú t sobrepusiste y le lanzaste unas palabras al corazón al preguntarle por su hija. Y allí Óscar, nuestro querido hermano, amigo, guía y líder, tomó impulso en su plática con un tema completamente desconocido al menos para mí, sobre los poderes sobrenaturales de ella, desde niña y a la fecha. 

9

Esa formación que tuvimos yo me atrevo a decir que fue esencialmente en tres lugares, completamente de ambiente democrático: nuestra casa, la escuela Normal y el grupo alrededor de Óscar, donde en esos tres lugares no se discriminaba a nadie, en el caso de los que formaban parte de una clase media y otros que veníamos de familias pobres. Por eso es que amamos la escuela pública y al defendemos con garra. Y por eso me permitor decir que leo todo lo que publicas en las redes, y casi siempre le acomodo un  “Me gusta”, porque es nuestra formación.

10

Estimado amigo y hermano Ciro, qué grato formar grupo desde la Normal, que grato continuar, a pesar del tiempo y la distancia, que grato coincidir, y qué grato escucharte reír y platicar luego de la reunión con Óscar, en ese otro lugar compartiendo el agua y el pan, como dicen, y recordando un montón de anécdotas, de tal manera que nos arrebatábamos la plagara, solo que de manera fraternal. Parecíamos los siete mosqueteros trasladados al tiempo presente. Y aunque queríamos seguir ese ambiente, cada uno tuvimos que separarnos para continuar con nuestras vidas en los otros espacios que son tan nuestros.

10

Un abrazo fuerte, mi estimado amigo y hermano Ciro.  Y me despido como lo hacía mi apdre cuando dictaba a mis hermanos mayores las cartas que les mandaba a sus hermanos y hermanas de Gunajuato: “mejor verte que escibirte”. Salud y saludos. A ti y a toda tu familia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam