En mi muerte
En mi muerte no digas nada. Sea el recuerdo, mucho o poco el que me guarde en un lugar. Sea en tu corazón, piel o cerebro. Dejad que alguien diga palabras alusivas. Lo tuyo sea el silencio. Acaso una lágrima. En mi muerte no haya aspaviento. Acaso la lectura de mi epitafio. Y esa nostalgia que se nutre de olvidos. He de 8rme lo más en silencio posible. Con la conciencia del deber cumplido. Quien me amó fue correspondida.
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