"¿No que muy pedagogo?"

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Ayer tan pronto al levantarme, ya estaba listo el café. Y lo empecé a tomar. Recibo un mensaje : "¿Ya almorzaste?". "No", fue mi respuesta. "Entonces paso por tí, dime dónde". Le dí las coordenadas y pasó por mí para desayunar en Mi pueblito, un restaurante típico de Matamoros. Era Artemio Delgado. Y llegó con su hijo, del mismo nombre y supervisor escolar.

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Grato el ambiente. Y muy lleno de clientes el restaurante. Es una palapa grande, acogedora y bien adornada con motivos típicos de lo mexicano. Sarapes. Herraduras. Reproducciones que retratan los pueblos del país. Y etcétera.

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Artemio fue compañero de la Normal. Sereno y aguerrido. Prudente y lógico en sus intervenciones en las asambleas normalistas.   Luego de 42 años nos volvimos a ver. Siempre muy cercano a Óscar Eligio. Era de la nomenclatura del poder normalista estudiantil. Fue trabajador de maquiladoras. Y, por su forma de ser, fue becado por dicha empresa los cuatro años de Normal. 

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Artemio hijo es supervisor escolar de primaria. Y como decía Sócrates "habla, joven, para que yo te conozca", por su forma de hablar, sus conceptos, ya lo conozco.  Es uno de los supervisores de Tamaulipas más consciente de su función educativa. Es lector y es promotor de la lectura. Rápido hicimos click a como se le dice a la empatía. Temas comunes alrededor de lo pedagógico.

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Desayunamos huevos sorpresa, que son omelette montados en pan tajado. Acompañado con frijoles y carne en trozos pequeños. Y un café y otro. La plática emocionada de los tres con la escuela, las historias laborales, las anécdotas. 

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Artemio grande, aparte de educador,  se dedicó a crear una empresa de computación en la cual laboró varios años y le permitió una experiencia que lo llevó a trabajar con empresas importantes en otros estados del país, por lo cual radicó en otros estados.

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Artemio Delgado hijo, supervisor escolar, es de los jóvenesque piensan y sueñan educación dormido y despierto. Brillan sus ojos por la emoción tanto de hablar como de escuchar del tema.  Con seis o siete escuelas a su cargo disfruta de su trabajo y habla de proyectos. Sabe tocar puertas para alcanzar logros para su zona. 

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Una de ellas una aplicación interactiva de libros donde el niño lector va siguiendo lo narrado, a ka vez que puede decidir lo que sigue hacia una línea del destino de los protagonistas u otra. Ejemplo: la pareja se casa o no. Lo que sigue de la narración depende lo que haya decidido el lector. Y así otros proyectos.

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Yo hablé sobre algunas experiencias como maestro interesado en la lectura libre. Y varias anécdotas sobre el trabajo educativo con alumnos "estrellas" en lo no quietud. Y mi grupo estrella igual con el que me despedí en 2019, de telesecundaria. Y que acudí a Poema Pedagógico, del ruso Anton Makarenko para poder sortear con proyectos de trabajo educativo dichas inquietudes juveniles.

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El libro Poema Pedagógico es un conjunto de sucesos que le acontecieron al autor como director del centro reformatorio juvenil conocido como Colonia Gorki. Cuenta que cuando el Ministro de Educación lo llamó para ofrecerle dirigir dicho centro se negó hasta que el ministro le dijo: "no qué muy pedagogo. No qué muy conferencista de temas educativos. Pues esa es la oportunidad que tienes para demostrar en los hechos para vincular la teoría con la práctica" .

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Los estudiantes de dicha colonia Gorki eran adolescentes delincuentes, hijos de familias disfuncionales, otros huérfanos en situación de calle que asaltaban con violencia. Todos una estrellitas qué requerían el trabajo apasionado de un educador firme, con claridad de la ruta de trabajo, que los empoderara, que descubriera sus talentos, que notarán la diferencia en el trato, alegre y muy empático. 

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Hay esperanza con este tipo de supervisores escolares con hábito lector, convencidos que los estudiantes al desarrollar más y mejor su dominio del lenguaje, tendrán más capacidad para comprender los temas que estudian a diario. 

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Saludo a los Artemio Delgado, padre que se "rayó" con un hijo brillante. E hijo que se "rayó" con padre y madre brillantes. Un abrazo fuerte. Y enhorabuena por la vida con salud, entusiasmo y sonrisas.