Sorpresas te da la vida

1

La vida es un cúmulo de sorpresas, sobretodo porque el futuro es de incertidumbres. No sabemos qué es lo que sigue. Entonces siempre las sorpresas están a la vuelta del día, tras un rincón, en un papel o en un cajón, dice la canción nostálgia, Las pequeñas cosas, de Joan Manuel Serrat.

2

Siempre que sales (porque hay que salir, la vida es fuera no dentro de la casa) encuentras con alguien que tenías meses, años,  de no verlo, quien también expresa la sorpresa de encontrarte. Se saludan, se invitan un café y echan atrás el pensamiento en los recuerdos. y hacen recuento detallado de quiénes conocidos se han ido a causa de la pandemia. Y han sido tantos, conocidos cercanos y lejanos.

3

Ayer me mandaronn vía digital un reconocimiento por haber sido jurado en concurso de oratoria. Y en ese concurso la sorpresa de encontrar excelentes participantes. Y en otros concursos, estos de cuento y poesía de jóvenes estudiantes, la sorpresa asimismo, de muy buenos escritores, y a esa edad de 16-18 años, lo cual me lleva a reflexionar sobre qué hubiera sucedido si yo a esa edad hubiera tenido esa facilidad. Y nada. Yo a esa edad apenas podía juntar dos palabras, si acaso tres, y me daba por bien servido. Así que les auguro a todos ellos, participantes, un excelente futuro, sea de escritores o en sus profesiones, porque escribir bien siempre depara agradables sorpresas en todo. ¡En todo!, imaginen nomás las cartas de amor que escribirían.

4

Y las sorpresas no acaban nunca. Ayer me encontré con una amiga que teníamos 42 años de no vernos, literalmente así. Maestros en 1979, coincidir en sorpresas yo del norte, ella del sur, un punto específico de escuela en una comunidad de Jalpa. Trabajar juntos cinco meses. Y de allí no verse más, encontrarnos luego en internet, por eso de las redes, y ayer coincidir en la sala de espera de la central de autobuses. Y recordar, Gilda, nuestras vidas en el encuentro de aquella ahora lejana vez, y el recorrido en el tiempo cada quien por su lado.

5

La sorpresa de llegar ayer tarde a mi casa y encontrar un almanaque 2022. Sí, un almanaque, cartoncito con una ilustración que tiene plasmados los meses del año que vienen, ajuarosas y raudos, , para ir llevando el recuento de los días. Ya he dicho que era una costumbre de papá el conseguir en cada diciembre decenas de almanaques, bien que se los dieran, bien que los pidiera, bien que los encontrara tirados, para llenar toda una pared de nuestra casa, como una exhibición lúdica de esos artefactos a los que era muy afecto.

6

La sorpresa cotidiana de vernos al espejo, cada vez más sonrientes, cada vez más tranquilos, cada vez con la mirada distinta, aunque la misma, esperanzadora y con guiño disponible. Uno parece que tiene integrado en el cerebro un pohtoshop automático que hace vermos un poco mejor, un poco de menos edad, un poco más felices. Y ese algo ya es algo para el optimismo. Sí, una cana más, pues el tiempo no pasa en vano, y afecta vanidades. La sorpresa de seguir con vida a pesar de los embates del tiempo, de los accidentes, y de la pandemia. 

7

La sorpresa de una carta no esperada, la sorpresa de una llamada igual, la de un mensaje de quien menos lo esperas. Y la vida sonríe siempre que tengas esa disponibilidad de vibrar en positivo para que sucedan los sueños. Y sin duda, la sorpresa que sucede en los sueños: lo inverosimil, lo improbable, lo deseable, cuando la estrella a la que consideras lejana, distante años luz, aparece de pronto, y te dice sí, te acepta café, te toma la mano, sonríe, para finalmente soñar juntos y hacer planes. Para luego la sorpresa de desperatr, como cayendo desde veinte mil metros de altura. ¡Vaya sorpresa!

8

Y la sorpresa de tener vida con salud para mejor sonrisa, y la de despertar para el nuevo día, y hacer la parte del destino que contempla este día, con los afanes correspondientes.

9

“La vida te da sorpresas”, dice la canción.  

 



Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam