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Mostrando entradas de agosto, 2015

Café con leche

Café con leche. De ti, de mi. Comer en un parque bajo la sombra de la arboleda. De ti, de mi. Las hojas secas en la pista de baile. La triste historia de los escépticos cuando se van cumpliendo las hipótesis de la cábala. de ti, de mi. Las historias tenemos guardadas bajo llave, para descubrir el secreto. La fenicia vende sus telas y perfumes en el mercado. Aroma del durazno citado como estudio de ejemplo de herbolaria. No, de los huertos frutales. Sembramos plantas medicinales para curar el mal de amores. De ti, de mi. Los libros, guerreros del abecedario con imágenes al vuelo. A menudos los hijos se nos parecen, Serrat en la consola adquirida. Traje las monedas. Y qué significan las monedas en su texto, pregunta el cura. Son el sexo de la vida. Y ríe a carcajadas, normada las leyes de las exposiciones al sol. Eva toma el sol en Playa Azul. De ti, y de mi. Ha nacido septiembre una vez más. A recordarte Matria. Y tengo mis dudas sobre el otoño. Y sé que llegará puntual e imperturbable

Luna

Le preguntaron al niño:¿y qué significa para ti la luna? Y rápido respondió: un ojo bello y brillante que desde lo alto nos mira. Lo escuché en una escuela donde fui de ocasión. Y me gustó escuchar este tipo de clases. preguntas para una respuesta original e inesperada. Yo tenía dos postales, y en ellas aparecía la luna. Bella, de una belleza natural. A veces oculta. Y grande siempre. Irreverente y desnuda, en medio de la oscuridad de la noche. Las estrellas brillan. Siento celos de luna. Hambre de luna. Sed mayor de labios luna. Esta noche de hiena luna, se oculta detrás de un velo mayor transparente. Mirar la luna es menester para no caer en el vacío irreversible.

Amo los libros

Amo los libros. Culto a ellos. Va mi corazón y mi mirada. Un guiño a lo que somos. Allí va el registro del trayecto humano. Nuestra civilización con sus órdenes y desórdenes. Los planos de los grandes rascacielos. Y la ruta delos vuelos espaciales. Va el prodigioso miligramo y el canto del hombre en poemas y canciones.  Desde mi infancia me he encontrado con ellos. Y he encontrado la explicación y respuesta a mis dudas. Los atesoro como avaro. Si me preguntan cuales serían los cinco con los que me quedara en el fin de mi ruta. O llevara a una isla desierta. Dos de ellos serían el Nuevo recuento de poemas, de Jaime Sabines. El Cancionero Serrat. Otros: Cantos de Ezra Pound. La Biblia. Y me queda espacio para uno.

Entre líneas

Me preguntan sobre lo que significa entre líneas. Sobre lo que se dice sin decirlo. Sobre el discurso oculto.  Ejemplo. Si digo canto para nadie. El que lee entre líneas sabe que se canta para alguien con nombre distintivo. Una canción expuesta manda muchos mensajes. Uno de la nostalgia por la canción misma. Otro por lo que dice o por lo que no dice. Tiene siempre sus matices. Lo que sucede por abajo de la mesa.  En un café o cena de pareja, todos miran lo que sucede en gestos. Apretón de manos o miradas. Por debajo se dice tanto entre el chocar de los pies que nadie mira. O las manos que se juntan a escondidas. (borrador. Se salva el tema. Hay que abordarlo mejor. O bordarlo mejor)

Y nada más

Y nada más. Un sueño de verano. Dos libros escindidos del cordón. Una cítara. No sé ni por qué o para qué. En todo caso la guitarra tejana. Las palabras fueron escritas como puñales. Mensaje que dice una cosa para decir otra. Y nada más. Un sueño junto con las pequeñas cosas. La identidad con la utopía que se aleja cada vez. Y a seguirla como lebreles. Tránsfuga del tiempo, la metáfora nos libera. A pesar de los pesares. Una llamada de nuevo. Teléfono equivocado. Y pasa el rondín de policías. Y nada más (borrador)

Elegía para Ernesto

Se me ocurre la palabra cítara para iniciar la charla. Desde algunos años sé que me lees y escuchas, entre las nubes. Yo grabé una parte de tus charlas de andanzas y mudanzas en el norte. Y al momento de tu ausencia las busqué y subí a la red. La volví a ver más de diez veces. Y me dije: qué frágiles somos en la vida. Fuiste siempre la imagen de la sencillez y el afecto. Nunca te escuché en quejas de la vida. Al contrario, tu lucha diaria por trascender el día sin menoscabo de la sonrisa. Tu filosofía de vida estuvo plagada de aprecios. De reconocimiento a los otros. Imagino tus horas de carretera bajo el cielo en días y noches. La música del acordeón y el bajo sexto. Siempre apoyando a cada ser cercano. Las sonrisas pródigas y los abrazos necesarios. Siempre habrá algo mejor, en la esperanza. Y Ernesto Chávez no fue profesionista  funcionario público, ni miembro de las cámaras, o ministro de la Corte. Fue un ciudadano de bien. Un hombre bueno y noble. Sencillo. Trabajador y alegre a c

Escucho a Silvio

Es domingo y  Silvio. Pido un deseo: rabo de nube. Me levanté tan de nube, temprano. Y me asomé a las flores, para saber si hubo suficiente rocío. Si no para resolver su sed. Esta vez no hubo arroz con leche. Mas hubo pasas, nuez y cacahuate. Luego de postre  uvas y toronjas. Silvio en cada canción muestra lo indisoluble entre la música y poesía, No es menor el dato. Todos los que existen lo saben. De la luz y el amor. Si no creyera en Silvio o Aute, andaría jugando a las vencidas. Y mi estrella en la frente sería  distintivo del lucro. Es domingo. Tarde de sol y sombras. Nubes viajeras. Mirlos y canarios. Libros subrayados. Qué manía para resaltar palabras. Silvio sigue. Y vivo en un país libre. Sin pedir nada. O casi. Je. Que no es lo mismo, pero es igual.

Balada de la nostalgia

Un crepúsculo frente al mar azul y un amanecer en el mismo lugar. Botellas de plástico y vidrio, basura. Y el horizonte allá a lo lejos. Unas barcas en alta mar. Y la mirada fija en un punto preciso de fuga. Una familia de pescadores nos ofrecieron camarón seco que tenían al sol. Eran moriscos avecindados acá. De noble corazón, sonrisas y plática fácil. "Coman, es de todos", repetían. Buscas una pieza de auto usado. Y recorres cementerios a donde les llevan después del uso. Buscas la pieza que le falta al tuyo. Y está a buen precio. A esos despiezaderos se las llama "yonques". Un rin, un disco, llanta, faro, puerta, birlo, árbol de levas, etc. Y se ven en rutas a orillas del camino por todas las vías de entrada y salida de la ciudad. La frontera tiene su ritmo. Y parte principal son los autos. De distintos modelos, colores, tamaños. Tenerlo no es un lujo, es herramienta para el desplzamiento de casa al trabajo. Estados Unidos casi no tiene autos viejos. Bajo un fr

Para Rosa

Cumples años hoy, sé. Santa Rosa de Lima. Y te recuerdo en la distancia geográfica, porque afectiva siempre estamos cerca. Yo agradezco siempre a la vida por los hermanos y hermanas con quienes coincidí en tiempo y origen. Muy orgulloso de todos, siempre. Porque aún con sacrificios salimos adelante, cada quien con circunstancia distinta. Por eso hoy que cumples años quise escribirte. Y decirte mi amor inmenso por ti, por tu familia. Vi crecer a mis sobrinos y sobrinas. Siempre alegres. Siempre sanos. Imagino tus desvelos. Tus sacrificios. Tus preocupaciones. Y a la distancia ves con orgullo tu obra familiar: ciudadanos trabajadores, de buenas costumbres, felices, sonrientes. A Claudia y Chantal. A Jesús David, César Alán y Jean Alexis. Un abrazo. Y a ti en tu cumpleaños. Siempre mi cariño. Ah, mi agradecimiento por la hospitalidad de todos ustedes, de Chuy. La próxima iremos con visa. Andamos ya en los trámites.

Cien años

¿Y si vivo cien años? Mi pregunta de domingo. Es por supuesto en referencia a la canción. Y ese periodo de tiempo enfatiza un apego vislumbrado al futuro que por supuesto no lo es. Pero lo sería. Y no para mal. ¿Y si sí? Me quedan 45, entonces. Bien vividos los anteriores. No me puedo quejar. Y salvo la salud, primero Dios, los viviría también a plenitud. Ayuda la experiencia. Sobre todo salud mental y emocional. La otra tendrá sus desajustes y asegunes. Mas iremos aprendien do en baja locomoción. Pero la sonrisa tendría que ir, aún con pocos dientes o ninguno. La guitarra, no dudarlo. Y un buen ordenador. Pocos libros, ya qué. Y a corregir escritos. Si vivo cien años o noventa y nueve. O de plano ya ochenta. O Setenta. El tiempo no es lo importante. Sino lo que se hace en ese que aún nos queda. Sea un rincón para oración. El bien decir algunas cosas por jugar, no para aconsejar. Y fabricar un mueble de madera. De esa que dura un buen de tiempo. Y su belleza de madera natural. Trascien

Ciudadana

Ciudadana. Escribo para vos. Independiente de lo que se es, sobre todo el huracán de esa vez y el enojo en la voz. Los platos rotos, la sucia ropa para la casa. Atenas suena bien para viajar. Pienso en El Partenón. En las esculturas de Afrodita, Venus o Zeus. La pista de tartán para correr en el estadio de Olimpia. Un cúmulo de ideas por materializar. Ingrata. perdón, ciudadana. Un vaso de agua no se le niega a nadie, y dice usted bien. Ocaso solar. La arena en los pies. Suele llorar. Ciudadana en común de maravillas. El había una vez, siempre abre la posibilidad. Nuestra historia personal.  Recordé de pronto el cuento de Caperuza la tierna y el lobo feroz. Era una infancia sin patines ni juguetes especiales. Pero la brújula apuntó por esa ocasión al sur. Y seguí la ruta. Y héme aquí. Escribo para vos. Mas no sé quién es usted. Escribo en general, a quien pueda interesar. A veces sucede que se acomodan ciertos pasajes de las historias personales. Y alguien dice: escribe por mí, de mí,

En el 6

En el 6 teníamos tantas cosas. Sobretodo las ganas de vivir  con ese respirar profundo. Fuimos felices como lo seguimos siendo. Era de tierra el callejón. Luego cambió a concreto con la coopera de sus habitantes. En el 209 estaba yo y mi prole. Familia grande y de buenas costumbres. Y reíamos por cualquier cosa. Un solar de colonia de 10 por 20. Una casa de madera. Un árbol de pino que llegaba hasta las nubes. Un árbol que le decíamos canelón y nos daba de fruto bolitas verdes amargas, que usábamos a veces para la resortera. Una bugambilia a cuya sombra jugamos lotería. Una mata con flores especiales que contenían miel   teníamos al frente que nos servía de cerca y otros pinos de especie distinta. Al fondo dos plátanos que fugaces nos daban un racimo por año. Una higuera a cuyos frutos me colgaba cada vez que el gusto se reunía con el hambre. Una granada, también, que hizo delicias maravilla, aparte de su contenido geométrico. A oscuras el callejón por mucho tiempo, escondía nuestros á

Balada de la tarde

Claro de luna. Y escribo de por sí. Abrazos y despedidas cada año. Espero el mañana aunque sé que el hoy es la medida de las cosas. Me gusta la nuez, la nieve. De la granada refiero el misterio de la geometría. Y el tono del color. Sigue nublada la tarde. Y camina la gente de regreso a su hogar. Pan para el chocolate. Café, quizá.

Canción del optimista

La vida es felicidad. Se oye todo tan bien. Tenemos futuro. La chispa de la vida. Me gusta la nota de sociales. Y los caballitos de feria. Una nieve de limón. Y un tiramisú, para llevar. El exceso de lo blanco. La claridad de lo negro. La astucia felina. Esta ciudad me encanta. El cuaderno de rayas. El libro blanco de la vida. La ilusión placentera. Mi obsesión es disfrutar. La vida es bella. Usted y yo tenemos razón. La muerte sonrió. La obra apenas inicia. Ha dejado de llover, corazón. El sol de nuevo aquí. La noche es estrellada. Escucho a Muñíz. Que bien el libro de Cohello. Mi armadura ya no se oxida. He empezado a correr. Mañana inicio a escribir la novela. Esta noche voy a verla, diría Juan Gabriel. El camino es seguro. A partir de mañana. Espera bien el que desespera. Mariposas amarillas.

La madrugada

La madrugada. Un puente con río transparente. Una bicicleta sin pedal. Un ojal sin botón. Un amor sin piedad. Un duende sin sombrero. Una razón sin su peón. Un cerdo dibujado. Un león sin su melena, al saber de La Cibeles. Un cuaderno rayado. Una sombra. Un bisturí. Dos libros adorados como alas de canario. Un café con leche requerido. Una sombra sin su bruñida luz. Una lámpara ajena de Aladino. Un triple piso sin ascensor. Una carretera a la espera. Los puercos no comen margaritas. La madrugada. Un censor al acecho. Un cansancio retenido. Un sueño compartido. Un aluvión de sonrisas. Una muerte sin su muerto.  Una rosa sin sus pétalos. Un concepto, no lo acepto, Una afirmación rotunda. Una madrugada con frío.

Coincidimos (1)

Coincidimos usted y yo en el tiempo a pesar de la distancia. Misma generación donde millones tienen una idea del ego, la vanidad y el concepto de lectura. En sueños corro lo más rápido que puedo, me sigue la luz alternada con la oscuridad. En sueños compro nieve de limón y chocolates. En sueños miro otra vez la luna aún que estoy en sueños sin ojos, solo concavidades donde mora el recuerdo feliz de esos años.  Una llamada no hace el sistema telefónico ni los canarios significan un color determinado. ¿Qué trata de decir con subrayados? Solo que hay un momento del día en que la palabra escrita, el verso, quiere decir lo que sentí en tiempo pasado. Solo hay un tiempo le digo al fantasma en mis sueños. Coincidimos en que navegamos entre lo vacuo siendo así mismo vacuos, líquido deforme. No sabemos en qué nos transformaremos luego de la muerte, dice. Ha de ser en un horripilante monstruo antidiluviano, asegura. Somos precisamente eso, le digo a carcajada suelta, solo que unos segundos despu

Coincidimos

Coincidimos plenos que la felicidad es una burbuja. Una manera de sonreír con razones y no precisamente las veinticuatro horas del día. Sueño la felicidad por supuesto. Y todo yo se acomoda para ser feliz. Aún en la circunstancia de las hojas tiradas con borrones en el suelo. Rescato algo entre todo: la imagen de la manzana de la por primera vez, eva. Concidimos en esa manera de cualquier tema es importante aún la falda verde botella de Ana Botella. La realiza vive así, asá. Las revistas del corazón entre las nupcias y las casas, amplios jardines, atardeceres de fotos con fotoshop. La realeza vive gratis una vida regalada. Y así por el estilo. Coincidimos en la alegría de los días con ideas sencillas y leves sobre las palabras y los ritos post iniciales. la risa, sobretodo la risa. Un martillo cae desde lo alto y por poco cae sobre mis ideas, prejuicios del deber ser y hacer. Confrontados los peones en el juego quedan frente a frente e impasibles sonríen. Mueca de piezas de plástico o

Bipo

"Soy bipo", me dijo llorando y riendo, triste, seria, sueños. Escribía un texto. Mas bien copiaba palabras inconexas.  Miraba perdida el infinito donde nos perdemos en preguntas filosóficas y metafísicas. Y creí comprender la afirmación. No por mí, sino por otros. Otros pensamientos cuando susurran dicha o tristeza. Sé poco o más bien nada. Línea rota. Franqueo de paso. Border line. Estaba yo instalado en lo más profundo del sueño. Había rayos y centellas en la noche oscura de solo nosotros. El conglomerado de constelaciones bipolares en la galaxia nocturna o matutina. La palabra bipo resonó en mí mismo. Y me dije esto es la locura real, la totalidad de la alegría, la dicha. Busqué rápido mi diccionario viejo de medicina ortodoxa. Y venían afirmaciones que reconocí en mí mismo, algo de depre, nostalgia, melancolía, en trances de pasar frontera sin límite, imaginarias. Nada sé de medicina, apenas remedios caseros para el mal de ojo o la gripa. Mucha vitamina c. Recuerdo de inf

Ya están pasando los canarios

Ya están pasando los canarios. Es jueves del delirio por la vida. Un sopor preciso tiene esta fotografía en movimiento entre lo nublado y el calor que se acomoda suave en la piel. A esta hora precisa, con margen de error mínimo en el tiempo, pasan los canarios. Ya están pasando en su rito diario de acometer distancias con perseverancia. Alas reales y no de cartón para surcar los aires. Alas reales que superan amorosamente a las de cera derretida de Ícaro en búsqueda infructuosa de llegar al sol. Ya sabes lo que esto significa. Están pasando y este verano acentúa el entorno. Nunca un canario solo o golondrina hacen verano. Solo los libros vuelan. Sobretodo esos dos que vienen subrayados, y son alas de un mismo pájaro. Presumir de lo que se tiene es saberse exactamente solo. Lo contrario de la dicha. Y el problema no es estar solo, sino sentirse solo. Hay gran diferencia en ello. Los canarios vuelan en parvada. Sabe la especie de las aves que juntas son necesarias para el vuelo. No estam

El espejo

El espejo es autodidacta. Allí me reflejo a diario. Nos reflejamos antes de salir para hacer historia. La micro. La muy de aquí, de cerca nuestro, dentro del área que comprende un poco más allá "de las narices" . Ufanos nos miramos y decimos que aún hay tiempo, que ha pasado lento y anda sin fatiga con nosotros. La máscara que usamos es la misma desde el principio de las eras. Bienaventurados los que tienen varias. No se confunden en los sueños cuando miran su reflejo en el lago o el espejo.  Imagino la alegría de verse por primera vez el cuervo. Y ver con horror y espanto a otros seres de distinta especie. Bello negro plumaje casi azul refulgente. Imagino a la zorra con sus recovecos internos para saberse inteligente frente al espejo. A la tortuga en su velocidad extrema. Al elefante saber que no necesita de nutriólogos o especialistas en fotoshop. Cambio de pantalla en geografía por el paso de los días. El espejo es mi compañía. Lo escudriño cada mañana y antes de dormirme.

Me piden

Me piden que escriba sobre la importancia de la lectura. No tengo mucho que decir. Me cuesta mucho trabajo.. Yo leí un día por primera vez. Leer lo que se llama por gusto. Y me sentí distinto a partir de ese momento. Lograba imaginar los personajes. Les daba volumen y cuerpo en mi imaginación. Era divertido escribir. Perdón, me refiero a la lectura. Aromas frutales pasaban por mí y sentía el viento o el llanto de los personajes. Las risotadas rotundas. Y lo evanescente y grandilocuente oral es la palabra en público o privado pronunciada.  Leer es una manera de vivir de otra manera. Gracias por los libros. Y gracias a los libros. Esos subrayados de la adolescencia. Casi. Un mundo nos vigila en lo que escribo. Un mundo abre el panorama cuando leo. Una amiga una vez me enseñó la ruta de la poesía. La no escrita. Y un amigo la esencia de la lectura de cara a la sociedad. Las luces para caminar seguro entre el maremagnum de lo vacuo. Me piden que escriba sobre la importancia de leer. Y no t

Instrucciones para vivir

Primero respire. Aprenda a respirar. Es más que básico, vital. Pase lo que pase. Puede jugar con aguantar varios minutos sin hacerlo. Es divertido. Pero sucede que a veces allí termina todo. Esto de respirar hágalo a diario. Deje atrás como señuelo las tantas voces de las prisas y vanidades. Que luego nos hicieron entrecortar la respiración larga para susto como invitación de muerte. Y andamos buscando pastillas para el susto, la felicidad, el éxtasis, bajar gramos o kilos y para dormir. Cuando vaya al doctor, crúcese de piernas en la sala de espera y mire de soslayo.  Hay un abanico siempre de posibilidades. Rostros abatidos por la marea y el llanto. Rostros pálidos. Cuerpos mercancía del cirujano. Y las aspirantes a señorita eternidad. Segundo, sonría. Como si fuera el alimento diario. He agotado las entradas de la rifa. Señorita muerte y señorita veneno en primer plano. Entre actos salude a los vecinos de butaca con el gesto de a esta obra no le entiendo. Y solícitos procederán a da

Cuando me vaya

Cuando me vaya ´tejerás un recuerdo de mí por breve tiempo. Leve como la hoja en el viento. Como una nube confundida en el horizonte. Como un par de libros que vuela y vuelve luego de la maravillosa noche. Como el frenar con suavidad cuando todo ha quedado atrás. Fonollosa, cualquier poema. O Rubén Bonifaz en Carta a una amiga. O el libro del ajedrez en las jugadas infinitas. Dices que la soledad. Que estabas sola. Nada hay más aterrador que estar acompañados de familiares  y amigos en el partido de futbol y sentirse solo. Y escuchar que hablan de literatura, política, religión o futbol. La tarde está instalada aquí como decir otoño. Cuando me vaya lamento el rosal solo, la silla vacía, el néctar de la flor en el abandono. Los subrayados del libro cuentan una historia. Un mar de cofesiones para salir al paso. No te detengas, dice la canción de bienvenida. Entre los siempre ires y venires, cuando me vaya quedarán atrás las cuatro estaciones, los doce meses, el pago de los intereses, la

Ante tanta prisa

Ante tanta prisa es necesario detenerse y concluir sobre el movimiento y el pensamiento. Ante la oscuridad es preciso sonreír. Y dejar para después el afán de perseguir lo que no se alcanza, a excepción de la utopía. Ante la vanidad y el hastío, con pretensión lujosa de soledad, hay que mirar atrás para construír mejor futuro. Y mejor es un decir, es necesario respirar bien y detenerse a mirar lo que no vimos, precisamente por la prisa. En el mercado las frutas frescas. Y en la calle la gente alegre y sonriente. Tocan la campana cerca de aquí. Acudirán al llamado  Ante tanta prisa es necesario detenerse y revisar el nivel de sueños cumplidos. Y saber que aún hay tiempo. Tenemos aún unos segundos o minutos más de aliento tibio.  La vida misma los merece. Nosotros por lo mismo.

Cómo ganar

Cómo ganar, si no hemos caído en lo profundo. Ni en esas caídas leves del desamor o del abandono. Esa pérdida de memoria del futuro, donde no cabe visión alguna. Donde la esperanza es apenas leve recuerdo de algo que ya nada significa. Cómo ganar si no se ha templado el acero del alma aún. Ni a lo mínimo para sobrellevar los vendavales. Si la ruta es saber que no hay ruta, y el camino ya está hecho como lugar común de lo vacuo, de lo vacío. Cómo ganar si nos hemos hundido en el mar de los lugares comune. Si los cerdos no saben nada de las  margaritas. Si se ha ido en el tiempo en el farfullar contra el mismo tiempo. Y la vida no es más que la sucesión de los días y noches. Cómo ganar si hemos perdido la gallardía de caminar erguido. Si las cartas de amor ahora son cartas comerciales. Cómo ganar si el prójimo es cada vez más lejano. Si solo se piensa en los cinco minutos de la fama. Y el directorio telefónico es más importante que el libro de las razones y las reflexiones. Cómo ganar si

Aquí vamos

Somos los que vamos en ruta. Por ausencias y presencias se acomoda toda en la nostalgia y el recuerdo. Somos precisos caudales de palabras como sentimiento doloso. La espera aquí mientras tanto. Sugerente discurso de los hechos. Acta en juego del proceso selectivo. Conjunto de pareceres para definir el reto. Cada día en el camino suceden cosas. Las frases hechas son lúcidas, mas no formales. Por eso mejor la flecha en el disparo certero. Las aladas palabras, ¿recuerdas, Antonio? Y todo lo dicho quedó grabado en la penca del nopal, solo por eso. Oaxaca como parte de las cien mil miradas ajenas al ocaso. Acaso la prehistoria es parte de nosotros, en ese deambular deseos de la especie. Jauría que en conjunto representa solo la secuencia de las voces. Esta vez sucederá lo que ha quedado como señal de todo lo que aquí sucede. El silencio es el discurso mejor plateado. precisamente por eso cada quien guarda las apariencias. Dicho de otro modo: seguimos en sendero de palabras y luces.

Todo tiempo

Todo tiempo cabe en un beso. En una fricción sin tiempo mineral expuesta a los rayos del sol desde la caverna. Todo tiempo cabe entre dos signos, dos moléculas. A veces de interrogación cuando la espera y de admiración a veces, cuando los delirios del vuelo. Todo tiempo es el nuestro, bajo el influjo preciso de los anhelos, de los sueños. Mineral, roca, vegetal, ardiente frenesí, la vida. Recovecos donde guardamos los momentos idos, grabados en la piel. Imágenes donde fueron desfilando las emociones, las sensaciones, ese afán de andar plenos por la vida. Todo tiempo es una fracción, definidas por las fricciones donde la chispa del amor y la amistad alumbran el camino. Una tempestad es nada en el todo tiempo.

A pesar de todo

El amor, como el agua, busca sus cauces. A veces entre las estrecheces culturales o paredes. Como el cauce del río que cambia ante los obstáculos. O a pesar de los troncos y basura que se arremolina en angosturas. El amor busca salida entre el camión de la basura donde van cartas perdidas o postales. Y entre la tormenta que cancela citas o cuando menos las difiere. Entre los barrotes de la cárcel con sus filtros, la visita. Y entre las prisas de los diarios, la llamada. El agua toma la forma del recipiente que lo contiene. El amor rompe esquemas y traspasa las barreras de la geografía y el tiempo. A pesar de las barreras del idioma o de cultura. O niveles para mieles donde se ausenta el lucro. Un pasto fino, cama de piedra o lujosas sábanas, es un postre anhelado. Y darle de comer al hambriento y sediento. El amor es la maravilla humana. Y tiene su parte en el martirio de la corona de espinas. Canta el gallo de madrugada. Y la luna nos hace un guiño desde la ventana.

Soledad

Soledad es una pamplina bella. Una manera de nadar en alta mar y con un salvavidas a cuestas. De dejarle el tiempo suficiente al rostro de la dicha. A dialogar con uno mismo con o sin espejo. A contener las fantasías que se arremolinan sin susurros. A ver las películas y reírse sin testigos o llorar sin cómplices. A valorar a quienes no están, o andan en vuelo de nostalgias. A escribir cartas a Dios o a nadie. Soledad es el estado perfecto donde el pensamiento regocija las batallas amorosas de los juegos. Escribes en soledad. Y los deportes en solitario templan el espíritu. O las cartas de mesa para el solitario son claro ejemplo y rotundo que la vida es maravilla. Y la lectura es la manera de encontrar paladar en gusto con las palabras y los sueños. Usted a lo lejos me escribe. Usted a lo cerca me susurra. Usted  es nadie , un fantasma un sueño. Lo que no existe me alimenta. Lo intangible del poema calma mi sed.

El sol

A través de las cortinas, vencida ya la oscuridad por unas horas, la luz en el resplandor del nuevo día. presente está, y nos invita a observar, no solo a ver. Buenos días fraternidad, felicidad, hoy les vuelvo a encontrar. (Borrador)

En viernes

En viernes hacemos fiesta desde todos los confines de la memoria. Porque fiesta fue el jueves y los otros días. Decisión de andar alegre a pesar de las distancias, de los incisivos clavos del martirio. A pesar del sueño no cumplido, de los sueños rotos. Porque viernes abre sus horas para el abrazo del tiempo. Para construir nuevos castillos en las nubes, para reafirmar nuestra decisión de alcanzar el horizonte, de acariciar las extensivas utopías. Para mirar el conejo de la luna. Y el rabo de nube. Vienes con poder de convocatoria para todo lo que alegra el día, Energía que acude al llamado de los dioses. Ahora en tiempo presente, fiesta perenne de las horas. Cada una con distinto rostro. Con espacios para seguir siendo uno mismo. En viernes se libera de la sujeción férrea de los signos de  la amargura, detalle de los tiempos. En viernes cantamos precisamente de que todavía buscamos construir la metáfora sobre la eternidad que cabe en el ojo ecléctico de la nostalgia. A pesar de los ot

Si alguna vez (2)

Si alguna vez, pajarillo de la risa, monstruo de la sonrisa. Si alguna vez llegas a mi ventana con el mensaje de suerte o muerte. Si alguna vez consideras grato el musitar las canciones de siempre, las tonadas que aprendimos juntos. Si alguna vez llueve y cobijas bajo un árbol seco, sin ramas. Bonn o Roma, Catulo. La colonia sí. O Venecia de verdad. Si alguna vez la palabra necesaria fue dicha sin contemplaciones. Si alguna vez estando no estás, o te vas y vuelves, o etcétera en las combinaciones de ires y venires. Como es la historia. Si alguna vez con hambre nupcial o marsupcial. Si alguna vez las golondrinas son los recuerdos lejanos. Si alguna vez con fiebre en la miserable soledad de la noche. Si alguna vez la luna vuelve a ser la imagen de lo que era y es a pesar de todo. Si alguna vez el libro, los libros aquellos guardas o tiras. Y el recuerdo martillea. Si alguna vez entre las flores dialogas, secas ya, el tiempo. Si alguna vez el sueño es repetitivo y alude a lo frío del meta

La madrugada

Absorto desde mi ventana mira la madrugada. Silencio. Son las tres de la mañana. No miro nada porque está oscuro. Miro lo oscuro de la madrugada. No son las tres. Acaba de amanecer. Y me acordé de lo que soñé en punto de las tres.

Si alguna vez

Si alguna vez se le escapa el cometa, no lo sufra. Mil cometas de colores encaraman al mercado. Más temprano que tarde otro cometa tendrá en sus manos. Si el libro aquel no le dice nada -solo el espejo sabe - dónelo a  una biblioteca, aún sean los libros de Bukouski. Si alguna vez encuentra una razón tirada por los suelos, porque la lleva el viento, aún razón sincera o mísera, mezquina, levántela y ayúdela a recuperar la imagen consagrada de un mejor destino. Las razones van a veces acompañadas de las sin razones, y caen y se levantan. Ícaro en su vuelo y las alas chamuscadas. No pienso en otra cosa mas que suceda. Eso lo de Ícaro, conservar las alas, aunque sean de cera. Si alguna vez mira en la calle una basura pequeña y le entre en el ojo, entienda que es la vida la que se revela, para sacar la viga del propio sin pensar en juzgar la de la paja Maja ajena. Si alguna vez nos encontramos cruz en los sueños, la luna grandota seguirá alumbrando hasta que alguien baje la palanca de la en

Pasaba por aquí

 Es Aute. No lo conocía. Te lo presento. Al pasar frente a su casa, era Madrid 1980,  escuché su voz de arena. Y las palabras plenas, que llamaban a reflexión. Una idea tras otra. La belleza. Por la conducción de ir descubriendo otra manera de decir las cosas. Pintura para interiores y exteriores. No lo conocía. Sí, claro, un regalo de la era cuaternaria, de cuando picapiedra.  Y la risa a borbotones. Pasaba por allí y ningún teléfono cerca. Era un cantaautor que venía de muy lejos, de cuando las rosas en el mar. Es fácil recordarlo. Camino abajo o arriba. No lo conocía, era verdad. Somos una generación que escuchó solo lo que pasaban por la radio. Entre españoles y argentinos. Buenos, sí, mas con una cauda de lugares comunes. Y a no dudarlo eran buenos. Ding, dong, son las cosas del amor. Entonces, luego entonces, vienen, irrumpen, los poetas por un lado. Y los cantantes de lucha social por otra parte. Y vislumbramos, junto con los libros liebres que había otra manera, de qué manera,

De Igor

De Igor Potovski (Fragmento) ... Las expectativas de la amarga harina Se reflejan en la ventana de sufrimiento.  Oscila con linterna de miedo, mientras viaja su mano hacia mí. Y cuando la catedral quemada. Y todos la misma oración sobre el pan, Como un rifle dispara a quemarropa. Como con alambre de púas, Hemos tomado de la ciudad tu miedo en mordaza Y disparándose así mismo un joven teniente, No logra su poder la nostalgia. 2013

Fe de erratas

Conste. Las miradas andaban volátiles, conciencia de razón. Había música por todas partes como lluvia de emociones sentidas. Y palabras al vuelo de pájaro. Tomo un café sin azúcar. Pan duro por las tardes. Eran otros tiempos. Apenas recientes. Los sábados por ejemplo duraznos y guayabas. Conste. No hicieron daño nunca. O quizá a veces de manera ingenua. Hubo fuego. Hay fuego aún con mezcla de ceniza como polvo de estrellas. Ninguna duda. Conste. Errores de llamadas. Errores de palabras como brújulas. Palomas muertas en los caminos. Palomas queridas sencillas y simples. Conste. memorias de lo vivido, de lo soñado. Había una vez, e inicia toda la historia personal. cantamos juntos, cuando fue posible. Perfume y reloj para medir el tiempo. Conste el error de creer lo eterno como verdad sublime. Mientes también. Hoy ha sido un día de viaje al espacio. Otro café para mirar cómo se surca el tiempo, como se vislumbra un nuevo método de la vida. Recurso del método para escribir  nuestros nombr

Si

Si solo fuera por eso. El instante preciso de mirar la luna brillante. De escuchar la canción vocativa de los sueños. Por las tardes de lluvia suave y resplandecer del verde. Del musgo que allí está monumento a la vida. Si solo fuera por las jugadas estratégicas del interés por sobre todo. Si el corazón sigue su ruta sin saber de destinos ni condiciones especiales. (borrador en continúa)

He escrito (2)

He escrito sobre las siete vidas del gato, lo salobre del agua de mar, sobre los marismas. Y sigo en ruta de las palabras robadas, prestadas o solidarias. Y cada una carga especial de viento mas pegamento y unirse sobre cada cual. He escrito sobre el tejado a donde llegarán las palomas mensajeras con sus cartas perfumadas. Sobre las emociones caras y baratas. Sobre el interés sobre el interés. He escrito de los circos, su vida interna de día y noche, de las risas tristes de payasos y los animales de la selva en el concreto. Sobre los besos robados y los cuentos de hadas, con princesas y príncipes de la imaginación y los sueños. He escrito sobre hojas del viento cuando caen opacas en su ruta al polvo vegetal. Agua por todas partes en llanto y sudor. He escrito sobre el roce pedernal a la entrada en las cavernas. Sobre el fuego primero. Sobre héroes y tumbas. Libros que ya no están. Rotos los sueños para un nuevo sueño. Y las calles del centro de la ciudad y caminos vecinales. El grito a

He escrito

He escrito sobre los tantos días del tiempo. Sobre las humedades benditas, nostalgia por los tiempos idos. Sobre los viajes en carretera donde grumos de harina tiramos por las ventanas del auto. Sobre canciones que son como historias musicales, curriculo de nuestras emociones. He escrito sobre tardes de otoño o primavera. Peliculas dos veces vista y los guiños de ojo cuando el pescado anda en su agua. He escrito sobre guerras, catástrofes, consideraciones, sobre los tributos, la esperanza. He escrito sobre el poeta Catulo o Venecia, sobre Diógenes y mi madre. He escritos sobre jugadas laberínticas de ajedrez, sobre guayabas y toronjas; sobre pesares y tribulaciones del hombre pequeño. Y en todo ello no encontrado la aguja del pajar ni el peine que se aparece cuando andamos calvos. No he encontrado solaz de campo traviesa. Por eso siempre quedan dudas si escribir o no vale la pena. La tan sola pregunta indica que efectivamente es un no rotundo, Suicida de las letras, harakiri de las ens

El cuaderno

Me sucedió como con una mesa blanca desarmable de fiesta. Una vez la di prestada. Y no vino de vuelta. Luego la vi precisamente en una fiesta, la misma, y a quien la di prestada le puso su nombre y apellido. Pena ajena. Ahora un cuaderno. Mi cuaderno de apuntes donde esbozo lo que luego escribe. Un cuaderno marca scribe forma italiana. Con uso suficiente por las letras y palabras de ocasión que se presentan dondequiera. Unos dos o tres poemas. Citas. Números teléfonicos apuntados. Y no le puse nombre. Ahora resulta que otro lo tiene y presume de lo que escribe cuando es notorio que solo escribo yo así y no otro. Mi pensamiento es único aún lo digo si refiero a desvaríos o locuras. Elogio de mi pluma, marca registrada. Un día se dará cuenta el impostor que de nada le sirve si no es escribiendo lo propio, aunque sean garabatos o cartas comerciales.. Y puede ser en ese u otro cuaderno. Yo escribo donde sea. Así en cuaderno fino, servilletas o papel para envolver tortillas. Ha sucedido. Me

Insistir en el tiempo

Insistir en el tiempo es ocio. Somos los mismos con distintos rostros. Otros antes como ahora y otros después, escudriñarán  para comprender razones de tiempo, vida, origen, destino. Caminemos mientras tanto esta mañana bajo la arboleda. Miremos el pasto con rocío y los pétalos de las flores hechas también de tiempo. Hablemos del agua, la liquidez de las cosas necesarias. Tomemos los momentos de la historia como lo que son, efectos de contradicciones (dialéctica). Humedades, condición de vida. Así nosotros. Acomodemos nuestras risas a los momentos donde impera el acero. las palabras miel para combatir lo amargo de las horas. Mientras tengamos tiempo indignémonos por las injusticias, si podemos. Y nuestras palabras y hechos fijen posiciones. Amar los unos a los otros, como señaló el rabino, es la clave. Los huesos y tendones, la sangre, síntesis de la vida, hacen lo propio en las condiciones y los ríos internos. Insistir en el tiempo es perder oportunidades. Las horas pasan. Matraca sin

No me lo esperaba

No me esperaba volver cuando volvimos quinientas veces después del lance de la conquista de América. No me esperaba seguir cuando la Noche triste de Cortés. El oro ambicionado despertó con creces intereses del imperio. Y ha sido el lastre que llevó a miles a la muerte terrenal, es de especificarse. Cuando volvimos habíamos despertado al nuevo día. Usted sabe lo que digo. La historia universal son la suma de catástrofes. Y las micro historias -como la mía o el vecino de enfrente- son palomitas de maíz que a veces se nos queman. Los recuerdos cabalgan en pasos de la muerte. La botelliza es una imagen de vértigo, en la tempestad, debe imperar la calma. Cristales rotos en el aire, y como escudo una silla o la palma de la mano. Guardo bien las cartas comerciales. Es el truco de claves en concierto para despertar al nuevo día. Oigo cómo suena la clave y el bongó. Música para este lunes.

Mi manera

Descubro cada día la oportunidad de hacer coincidir ser con estar. Armonía de los efectos sentidos. Los afectos presentidos. La llamada de Dios se mantiene a pesar de los pesares y decires. Música al fondo. Descubro en mí un doble aliento para caminar al ritmo de las capitanas palabras. Bárbaras a veces o dóciles lo mismo. No es fácil y menos sencillo. Son rutas asignadas por distintos actores del cosmos con diferentes nombres. Sino, destino, naturaleza o Dios, entidades con distintos nombres. Y otros, aclaro. Uno es en razón de los otros. Conjunto de imágenes como puente entre los tiempos. Soñadas palabras hormigas sonoras en ruta a los mensajes de miel con aliento de futuro. Escribo. Y cada vez que lo hago conjuro los malos pensamientos llenos de prejuicios. Volvamos al origen. Y cuando se acaban los temas, soñando o despierto, me digo: he vivido. Es cuando el espejo me ayuda en autocrítica certera: ya estás instalado en la gira de despedidas. Vivir otoño  es volver a los caminos rec

El silencio

El silencio es el discurso más grande del mundo. Caben millones de imágenes donde no se utilizan por el momento las palabras. Una mirada sí está o los ojos cerrados. pero es el silencio la carta en el juego. En el ajedrez los dos jugadores por lo regular callan. Solo mueven las piezas. En un templo se percibe la majestuosidad del silencio relacionado con lo divino. Frente al mar el silencio se impone solo roto por el bruñir permanente y eterno de las olas. El silencio divino del sueño, donde se viaja interminable sin palabras apenas diferencia entre colores, sepia o blanco y negro. El silencio radica entre los libros, con el que al leer dialogan pensamientos. Let it be. Un hombre callado mira la luna. Oro es el silencio del amor.

Dichosas palabras

Dichosa la palabra que provoca. Cuando dices limón, algo se contrae en la boca por la imaginación del agridulce sabor. O cuando dicen por ejemplo grosella. Cuando iba caminando por una calle de la ciudad, pasé por un centro escolar de básica, y recordé de cuando la infancia. Y pensé en los tacos de harina con frijoles bayos que echaba mamá a mi mochila azul. O cuando digo la palabra agua, se siente lo fresco de la humedad, que invariable viene con la brisa. Con la palabra viento asocio polvo. Y las dos con los poemas del poeta español León felipe. Otro león, como Eugenia. Decir fandango es pensar en ella o decir cantante también. Vivalde me guiña un ojo y se lanza a mi oído con esos violines afines a este momento de domingo. Jabón o toalla lleva imágenes cargadas de intimidad. La palabra manzana a la imagen original del amor, entre los míticos Eva y Adán. Dichosas las palabras que convocan al bien, no al qué dirán. La palabra mamá convoca a la ternura. Papá se relaciona con el cariñoso

Llueve

Decía Doña Leonor cuando veía que caía el agua como ahora, copioso, en goterones: "a nosotros nos perjudica por el lodo que se hace en calles y callejones y en nuestros patios. Pero a los campos le cae muy bien porque se lavantará la milpa de maíz, del frijol, el sorgo. Para los campesinos la lluvia será siempre bienvenida". Teníamos piso de tierra. Y nuestro patio más bajo de nivel que de las otras casas. Entonces la lluvia se metía dentro de la nuestra. Lodo. Y luego que pasaba nos poníamos a sacar con cubetas el agua con lodo. 1966. Ahora llueve sobre Villahermosa. Intensa y furtiva la lluvia. Con viento huracanado. Es hermoso ver la lluvia y no mojarse. O verla y mojarse. O mojarse sin lluvia. Etcétera. Llueve, ahora llueve.

De Igor

Extraño el poema nº 20 Esa lluvia , La ventisca  El tibio sol contigo Y luego El día que se parece al año, El año que se asemeja  a la totalidad del tiempo, Y la mirada cerca de tu casa. Eres libre Recuérdame Pasa mi imagen de nuevo por tu corazón Todo te daré Así de simple. Sigo en el parque de siempre Donde en la oscuridad un mosquito asegura que es Jaques .

Imagina (2)

Imagina el desconcierto del primer hombre cuando mira su reflejo en el agua. Imagina el instante del delirio: Rodrigo de Triana avista tierra firme. Cuando Hidalgo es conducido a la Alhóndiga de Granaditas.  Imagina la tarde aquella cuando Sócrates bebe la cicuta. Lo he comprendido.  ¿Acaso queréis verme morir culpable?, le habría dicho a uno de sus alumnos que le visitan. O el mítico grito de Eureka.  La tarde cuando camina Jesús con la Cruz a cuestas en la vía hacia el calvario. Los días cuando pintan la capilla sixtina. Los momentos de nostalgia cuando Neruda escribe su poema XX. La inundación primera de Venecia. Y la inspiración para El beso de Rodín. Los motivos secretos de Trotsky para no arriar sus banderas de un mundo mejor. Los últimos minutos del genio Poe. O la visión de Walt Withman. Los días de Ezra Pound en el siquiátrico de Santa Isabel. las tardes de Bukowski en el Hipódromo.  Los días de trabajo para pintar la  Gioconda de Da Vinci. Imagina los momentos del diseño de l

El asesino

Los lugares comunes aquellos, playa y el café de las amplias charlas, las tiendas de discos y libros, donde uno u otro seleccionamos temas Lara y Consuelito Velázquez, las carreteras a ninguna parte, lo mismo los caminos vecinales, las calles, las galerías de arte, las tiendas de souvenires, las lecturas públicas con dedicatoria, el restaurant donde la mesera nos sonreía a todos los clientes, los centros culturales con exposiciones de amigos y enemigos, obras de teatro, títeres, el cine de las películas de terror (no eres tú la del barrio chino), los hoteles de Montevideo, DF, Roma (colonia), Venecis y Londres. He regresado, como el asesino regresa invariablemente al lugar del crimen.

Ensoñación

Se sueñan delirios en poemas. El éxito exultante por los poros. El pináculo de la fama. En las ciudades, la periferia y caminos vecinales se baila y canta en la sombra o en fiestas familiares. Se sueñan quimeras y mejores desatinos. Salobres sabores se gustan, dulzones y amargos que se degustan. Se sueñan lunas como pelotas y collares,  alebrijes. Se sueñan sombras para el goce, y eres tú. Se sueñan fortunas y deudas saldadas. Viajes al extranjero, nunca a uno mismo. Ruinas. Edificios. Se sueñan fortunas. Se sueñan amaneceres, alegres desvelos. Se sueñan ciudades extranjeras y personajes de otros tiempos al lado y palomas mensajeras desde la antigua Roma. Se sueña la justicia en balanza equilibrada, serena. Se sueña El Dorado paraíso de los sueños con orquesta de metales relucientes y oro líquido. Sueño con loros. Se sueña cara recién lavada, maquillaje a granel. Se sueña regresar la cinta de vídeo de la vida misma, para corregir segundas partes que nunca fueron buenas. Se sueña la vid

Se sueña

Se sueña que se canta, artista de ocasión en bar donde se anhelan pasarelas. Que se es corriente de río o mar transparente y azul. Se sueña que se es, que se es sed para clamar la bienvenida lluvia. Se sueña que se vive en eternidad disfruta de lo zafio. Que andamos pie para la calle, saltarines caminos deslavados y con polvo. Se sueña perfume griego o egipcio de la antigüedad. Aquella vez por Atenas. Catulo, dónde andas. Es preciso definir el reino de los olores, colores, sabores, sensaciones de la vida misma. Ese pasado reciente se sobrepone al presente nuestro. Brizna del tiempo concebido. El higo en la memoria. La manzana en el origen. Las toronjas del recuerdo inmarcesible. Yo me doblego ante la histeria. Ante el desamor oblicuo. Esas razonables voces del reclamo por andar cantando sin ruta y rumbo. Tope en eso que al cabo mi gusto es. Sábado de música para despedir sábado con domingo ya entre las manos. Por si fuera poco, andamos locos por el elogio del espejo. Bienvenido el tiem

Urge

Urge la nostalgia por lo que será, por esos detalles del destino que vienen con notas especiales. Urge la manzana roja, sí la misma, en jugo como savia de la vida. Urge detener en un punto exacto el sueño de la nube, nuestros sueños en la nube. La golosina es la misma como carnada del destino, recuerdos de la infancia. Vamos ahora donde nos quedamos detenido el tiempo. Vamos a construir de nuevo el castillo roto de los naipes. La espera ha sido prolongada. Y el tiempo nuestro se agota inmisericorde. Urge definir estrategias para los últimos minutos. Urge concatenar los desafíos de la sangre mientras el tiempo sigue vigente entre el pasado y el presente. El puente no está dinamitado. Urge tejer la vieja sábana con estambre nuevo. Urge sostener el mundo a través de la mirada infantil. Es lo que cuenta. La mayor dicha es cuando nos encontramos en el juego. Somos solo polvo de tiempo. Polvo de estrella encaramado en el destino. Años luz derrotada y muerta, la imagen de la estrella llega ha

Los colores

Fríos, tibios o calientes, se traslapan en mi juego. Pienso en uno solo y es un verde suave como si dijéramos mar adentro, transparente, con arena blanca y pecesillos rojos y azules. O un blanco, cuando la mirada agota los pesares y busca un todo divino relevante. Y el blanco y negro campo de batalla donde tanto reyes como alfiles, lo mismo peones y caballos avanzan decididos en un pensamiento que los mueve en laberinto. Y vertido el rojo en la calle ondulante y sensual a sabiendas que nada se remedia con la coqueta muerte. O el amarillo ocasional que versa sobre lo fugaz del pensamiento. O la belleza segura. Y la bandera con los acentuados rojo y verde, historias de heroismo y desventuras. Hojas de papel volando en el otoño ocre de la nada. Yo concentro en el camino todos los colores, en la espiga del trigo allá a lo lejos. Y en el negro que viene en parvada desde lo oscuro de la luz a la mirada. O el rosado sensual en la toronja que me evoca sabores de adolescencia e infancia. Brinca

Imaginar

Imagino un sueño y en él la piedra. Dura piedra de pedernal que en la fricción genera luz y chispa. Imagino un sueño del fluir de palabras que rompe la roca ensimismada en lo que un día fue mas no será. Imagino un duelo. Un sueño con un duelo de la historia presente contra el pasado donde no hay vencidos ni vencidos. No soy yo, es otro el que habla. Imagino un camino a ninguna parte donde camino desde aquella vez cuando el delirio. Imagino otro camino sumamente angosto en ruta hacia mí mismo. Imagino un pez en el agua que soñaba ser rey, pescado frito. Un canto en la tarde como melodía del retorno. Imagino la luz de esa mirada triste donde estaban unos ojos. Imagino el candil de la calle que alumbra como el farolito de la canción. Imagino una luciérnaga, destello lumínico de la esperanza. Imagino una sonrisa que desarma y arma todos los automóviles de la calle. Imagino un sueño compartido como contrapunto del destino por el ahora sí me aviento. Imagino que abre el paracaídas cuando ya

Wrong number

Wrong number, dice una voz metálica. Se repiten las dos palabras. Ante otros intentos la misma respuesta indiferente, frío, digital. Se llama a Dios con números equivocados, cuando los dados están en el aire, a punto de tocar la mesa. El tiempo sin memoria abraza todas las circunstancias habidas. La carretera tiene desviación. El vendaval rompió un puente. Tiró árboles de profundas raíces. Quizá por el momento sigue respondiendo la voz digital wrong number.  (borrador)

Aquí o allá

Aquí o allá, en todas, partes, el alba. La inmensidad del día  inicia con todos los pronósticos a favor del ciudadano. La búsqueda de detalles conocidos o por conocer. Aquí o allá la oportunidad de mezclar las coincidencias, las sonrisas, las palabras, con lo sencillo, lo simple. Digamos un vaso con agua para la sed. Un saludo aderezado con un guiño. La rosa de los vientos a merced del buenos días. Las horas en disputa con el tiempo por permanecer aún cuando el destino es irse. Un vals mueva los pies para la fiesta. Un libro se ha escrito con la vida misma. Millones de libros con la especificidad de los sueños. Escribimos a diario porque construimos los momentos. Una maravilla la maravilla. Este jueves me susurra aquí ando. Mientras caminamos agua.

Todo estaba

Todo estaba tan bien, mas sobrevivimos. Todo estaba tan mal, mas sobrevivimos.

Imagina

Imagina el cosmos. La brevedad o amplitud del tiempo. Imagina la concepeción de ideas como decir orígenes y apocalipsis. O la teoría de los cuatro elementos. O el elefante que sostiene al mundo al igual el famoso Átlas. El momento de la manzana en esa historia de Adán y Eva. Imagina la caverna que va en el tiempo y llevamos dentro. La mirada y el movimiento de la mano en la pintura rupestre. El bisonte y búfalo que anda ahora por las calles. La flecha disparada de Cupido. El oráculo. Las cartas de la gitana. La mirada del hombre sobre el mar desde el acantilado. La construcción de la muralla en China. Las pirámides, las cabezas olmecas. Imagina el fluir del pensamiento de quien tiene una colección de pinturas en el sótano de un palacio. La rebelión de la granja. Un laberinto. Las líneas de imaginarias de cruce de piezas del ajedrez. La concepción de la capilla Sixtina. Imagina el pensamiento del esclavo y del esclavizador. Imagina en el transcurso del tiempo el momento de la conciencia

Entonces

Entonces vamos a tomar cartas de la baraja en el asunto. Entonces es cierto el revuelo aquel provocado por los anuncios. El plañir eterno por la despedida. El blandir la espada contra el hermano. Nos despertamos con la metáfora del viento. Con la esperanza de este día, luz que se renueva en el presente. Y descubrimos que el tiempo es un río de ajenjo con fluir infinito. Nosotros el paréntesis de la nada con la nada, entonces vamos a soñar en lo que no existe. Sirva de nuevo el ábaco para desterrar el tedio. La pluma para dejar constancia de lo temporal y efímero. De nuevo la palabra para anunciar la vida buena. De nuevo la hoja para escribir la historia personal en la distancia. De nuevo el cuento donde como parte de las tribus tejíamos palabras sencillas para conservar la noción de la existencia. Cuando se cumplan los mandatos, las iniciativas y los decretos del ingenuo, del sencillo, del que conserva el corazón intacto, el lobo, hombre del lobo, va a escribir la nueva historia, la ta

De plásticos

En una ciudad de plástico subsisten personas de plástico. Habitan  casas de plástico. Compran plástico con dinero de plástico. Comen plástico. Sueñan plásticos. Las canciones son plásticos. Las modas son plásticos. En autos de plástico se deslizan por calles de plástico. Sus dientes y miradas son de plástico. Tienen adornos de plástico. Enseres de plástico. En cama de plástico sueñan con plásticos. Juegan con juguetes de plástico. Aman muñecas o muñecos de plástico. Acuden con cirujanos plásticos. Para que les acomoden otros plásticos. Riegan jardines de plástico. Y cortan flores de plástico para sus amores plásticos.  Su filosofía es de plástico. Su moral es de plástico. Trabajan en fábricas de plástico para obtener más dinero de plástico y comprar objetos de plástico. Escriben cartas de amor con palabras de plástico. Se desesperan y enferman por conseguir más plásticos. Un buen día despiertan y son muñecos plásticos en un mundo plástico. Sus lágrimas no son de plástico. Tampoco los l

Ante un mercado

Ríe en el mercado frente a tanta mercancía. Diógenes. ¿Dónde andas mi Catulo?  Y suceden las prisas. Camina rotundo. Ires y venires por calles y callejones de esta ciudad calurosa y caliente. Descansa en las bancas de los parques o iglesias. Tantos destinos sin sueños. Solo el afán de tener mediante compras algo nuevo. Distinto. Acumulación de cosas. Lo nuevo. Lo diverso. Lo original. La marca. El logo. Todo con el poder de la firma. Y luego los pagos. Mas el módico modo de interés. ¿Dónde nos quedamos anoche? Ah, sí, sobre el cosmos, la plática. La sonrisa. Hace gala este hombre de la nada. Apenas susurro de palabras entre dientes. Y caminar por los alrededores. Tuvo un sueño de su dicha. Y lo presume. Era agua. Mucha agua. Vuelta al origen, le dice la gitana. No escriba de gitanos, sugieren desde lejos. Entonces vamos por las cartas. Era un sueño rosa y las nubes.  Mas decía de los lugares comunes. El hombre cosificado. Una mercancía. Me hablan de esclavos. Marcas de propiedad en la

En los sueños de los sueños

Estaba la sirena cantando en una isla del mar adentro. Un cíclope de cien metros de altura, monofocal y sonriente. Un centauro tirando flecha a la luna con lágrimas en los ojos por el devenir de la nada. Estaban las hadas de los cuentos infantiles cantando canciones en coro mientras peinaban el cabello a las muñecas que llegaban plácidas a diario. Un pez espada blandiendo al horizonte su faz desdibujada. Estaba un gorrión cantando en su jaula contrito. Una hormiga recordando las tardes en la espera. Una hoja a la espera de ti. Un ojo a la espera del guiño aquel del buenas tardes. Estaba el cobrador de tiempo jugando a las cartas indiferente a la soledad. Los duendes haciendo pan de sal para las tardes de plática interminable. Una hoja a la espera del otoño. Un murmullo a la espera de tus labios. Estaba un vals rondando por nuestros pies para ver si te animabas. Estaba una vida cuando la despertaron a otro tiempo infinito.

Teníamos

Teníamos tantos datos coincidentes. Entre ellos los nombres de los perros. Varias canciones que nos supimos siempre. Entre ellas de nuestro Bola de Nieve, Aute, y Agustín Lara. Tuvimos razones para la defensa sin el ataque. Y legiones de mariposas monarca volando a nuestro alrededor. Teníamos palabras para cada momento, cada oración, cada imagen. Y teníamos un banco de imágenes  que las traíamos a cuento según la ocasión. Teníamos el oráculo de Delfos y el teatro griego para sucumbir al destino. Sófocles y Esquilo. Nuestro escenario era la casa abandonada en la periferia de la ciudad. Era ¿Edipo Rey? Todo está escrito, decía yo. No hay nada de eso, pamplinas, refutabas gitana siempre sugerente. Y así pasó el tiempo terrenal. Voces entre las tumbas. Murmullos. Y el polvo de la lápida se iba acumulando. Solo de vez en cuando seres anónimos para la historia acudían a quitar el polvo. Solo eso. Sueño que he soñado. Y había agua por todas partes. Y corríamos porque nunca tuvimos defensa par

Tengo

Tengo una espada, aunque se necesitan dos. Tengo diez canciones preferidas y diez libros con los que me muero. Un poema tengo, que guardo en un cofre juvenil y acudo a él de manera natural para refrescar mi memoria emocional. Tengo varias despedidas pero más las bienvenidas. Tengo cartas de baraja para el juego regular y ningún as bajo la manga. Tengo una mirada que poso donde mi mente quiera. Tengo una cámara extensión de mi mirada. Tengo este aún respirar natural y este latir especial del corazón. Tengo unas fotografías que guardo como un tesoro. Tengo las palabras que me ayudan a decir lo que quiero y lo que no. Tengo dos o tres amigos que me hacen reír y caminamos. Unos tienen certezas y en ellos me apoyo y tengo muchas dudas y ya no sé solo el destino las resuelve. Tengo un sueño que parecen dos, y es mi vida mas mi concepto del cosmos. Tengo una sonrisa ajena y un guiño que guardo para la historia. Tengo un visor. Una brújula. Un tornillo. Dos guitarras. Tres enfermedades y solo

Comunicado de urgencia

Urge compartir palabras y sonrisas, y evitar en lo posible compartir la sal y los azúcares. Realmente urge. Urge amar y priviligiar la amistad. Al prójimo. A la naturaleza. Aunque parezca texto sin sentido, lugares comunes. Urge refrescarse y respirar profundo. Haga ejercicios al respecto, por ejemplo treinta respiradas a profundidad y sienta el cambio. Todo se mira diferente. Hasta parece milagro y es algo tan sencillo. Urge dejar de producir artefactos que a la vez producen basura, veneno y calor que se acumula, y ya sabemos desde niños del infierno. Sé que lo sientes imposible, pero es necesario, para dejarles un sano espacio a las nuevas generaciones que ya están con nosotros. Urge limpiar los ríos, los peces agonizan. Urge beber más agua simple. Urge la leche materna como prioridad en todos los sentidos. Urge escuchar. Escucharnos de a deveras. Urge volver la mirada al campo. Revalorar el trabajo de las manos que producen los frutos de la tierra. Urge sembrar valores con amorosa p

Mi guitarra (2)

Imagen
La vi en Harlingen Tx casa de mi sobrina Janie. Linda guitarra tejana, acústica. Esas tardes en que llegaba de visita para las palabras y las risas junto a la asadera de carnes y la infaltable bebida de los viernes y los sábados. Hielo en medio del calor ambiente. Y cuando las canciones apareció la guitarra con algo de polvo. La limpié con amoroso afán. Fueron quizá unas horas de recuerdos y la algarabía al mil. Recorridos emocionales por las canciones de nuestros ... pueblos. La nostalgia por la tierra lejana que lejos estoy del suelo. Y así por el estilo y esas que claman volver volver sin que sea cierto, "pos mira", "pos hombre". Yo miraba el reloj y le clamaba no marques las horas. Y al rato las despedidas. Yo creía que la habían comprado -la guitarra- en las flea market como les dicen a los mercados de segunda y tercera mano. Y no. La había dejado uno de mis cuñados con la promesa recibida de que luego la llevaran de regreso a Matamoros. Y quedé de llevarla y

Causa de las causas

Vemos la punta del icberg, o en distancia hasta la lejanía de nuestra nariz. Vemos lo que está al frente solamente, y no un poco hacia atrás. La memoria hecha añicos, se resiste. La desmemoria es la constante. Las palabras huecas no se han llenado. Miramos la luz no la oscuridad. La cara luminosa no la oculta de la luna. La rosa, no la espina. Contamos borregos en lugar de ideas para el no consumo. Nos dan pastillas para el sueño, para dormir, no bostezar, no desesperar. Hemos caminado hacia atrás lo suficiente para añorar el retorno que se aleja como el horizonte. Dinamitamos puentes porque la salud es primero como la panza. Y el olvido ayuda como adormidera. Y juzgamos por supuesto, señalamos con el índice, y criticamos lo que es distinto, lo que no se ajusta a nuestro cuadro.  Y hay una causa que es la reina de todas las causas. Ese afán de lucro que impera por sobretodo. Nada importa ante esa descomunal meta. Todo es por la ganancia, el interés. Nada cuenta, ni la salud social, ni

Urgente

Urgente comunicar del plomo en la savia y la sangre. Del oro de humo en la mente del hombre. De las veinte monedas para inducir y traicionar un nombre. Urgente comunicar que la paz nunca ha sido producto de la guerra. Y que el destino del hombre no es la ansiedad ni el lucro.  El hombre es la palabra y su imaginación con que construye otros mejores mundos. Urgente comunicar que no habrá más prórroga para la felicidad. Y que la mente malsana y preocupada conduce al cuerpo a su deterioro. Urgente recuperar el sueño y la utopía, necesarios para la sonrisa. Los juegos infantiles tesoro del ayer. Las melodías de amor y paz para todo el año. Urgente el martillo en la obra y la hoz para cortar el trigo a repartir entre los amantes de la tierra. Urgente recuperar los símbolos, las imágenes floridas, los mitos del valor y disciplina en las batallas. Urgente recuperar la palabra, el libro, las canciones y desterrar el odio y la vanidad. Y levantar la mira para la mejor mirada. Urgente recuperar

Mi guitarra

Estaba en lote de objetos usados. Yo pasaba por allí y la acariciaba. La vendedora se reía al verme. Y la acomodaba de nuevo y me iba. Era una guitarra eléctrica roja de dos tapas. Veía su precio, no cara, pero quise investigar los precios en internet. Tan pronto vi que convenía el precio, luego de unas seis visitas, mirada de bobo, y la acariciada, regrese a comprarla. Me la vendieron con funda y afinador electrónico. Y en la bolsa de la funda venía la nota de compra. A nombre de Isabelle Dell. 6 500.00, el precio. Hammer, la marca. made in London. Conocí una guitarra en secundaria. El sonido de las cuerdas me subyugaba. Y la forma dada a la madera evoca ciertamente el cuerpo de mujer. La escuela tenía taller de música y entro otros instrumentos tenía guitarras, mandolinas, panderos, violines, acordeón, entre otros. Y eran nuestra delicia, porque el maestro de música nos prestaba los instrumentos para llevarlos a casa. En la Normal formé parte de la rondalla, en la que conocí cancion

Algunas veces

Cuando vamos de fiesta por la vida, olvidamos que luego vienen momentos de desvelos. En todo caso la felicidad no siempre es lo que pensamos en la infancia, ni cúmulo de sucesos continuos. Algunas veces venimos de tribular por los caminos. Y queremos se transforme el carro en calabaza para una buena y tibia sopa. Y vienen los contadores de cuentos para alegrarnos el momento mientras pensamos en otras cosas: el horizonte, la utopía, el sueño de los dioses. Algunas veces buscamos en los archivos personales un verso que nos transporte al menos en recuerdo a esa juventud de oro e infancia de azúcar de algodón. Y encontramos datos de nuestra vida que olvidamos a fuerza de no pensar en ello. Tuvimos agua simple. Y preferimos la sed con juego y hambre. Tuvimos lealtad en corazones. Y buscamos maquillaje de ocasión, un reto al equilibrio. Las peras siguieron siendo peras. Serpiente con manzana, el mito,  siguió su ruta. Y la calabaza venía en presentaciones de hojalata con pintura brillante. A

De todos modos

De todos modos volvimos a ese barrio oscuro de la memoria y del olvido, Como volver los pasos a ver lo que se siente desde otro punto de vista. Estaban las mismas miradas, el color de casas era el mismo. El viento semejante así también el leviatán del odio y resentimiento sobrepuesto en las miradas Y hasta las tonalidades ocre de la tarde se sentían igual. No era la misma canción en la radio. De todos modos era la vuelta de tuerca necesaria para transitar felices el olvido. No hubo recovecos nuevos. Ni nuevas humedades. Solo la reflexión por el paso del tiempo. Recuento de cicatrices y lineas del tiempo en la cara. En tiempo real se vive, mientras los sueños de otra vida mejor se transforman porque cabalgan en potro de humo y polvo. De todos modos era necesario ese recuento de años para volver en paz al tiempo presente donde estamos instalados desde siempre.

Escribo mi nombre

Escribo mi nombre en el espejo, lo escribo de mañana y de tarde, para no borrar lo poco que me queda.  Escribo mi nombre y lo asocio con los nombres de quienes conozco como un ejercicio de memoria. Esos lejanos en distancia y cercanos en memoria. Porque tengo claro mis orígenes y mi duelo. Tengo en la caja de regalo la mariposa capturada. El papalote de Toledo. Tengo el grillo cantor y el chapulín saltarín. Escribo mi nombre en la tierra y en la arena de la playa. Lo escribo en paredes públicas como graffiti. En papeles que van al fuego. En hojas secas de los árboles. Mi nombre sería lo de menos. Mi memoria salta cuando lo olvido. Y gruño y aúllo, todo eso está en mi memoria. Y río, también, no te asustes. Sucede que la luna de día y noche me acompaña. Y está máquina de los sustos y palabras. Y el ladrido y mover del perro de casa con su eterno mover de cola. Escribo mi nombre en el agua y en el viento. Y sé que me llamo como me llamo. Nada antes del Antonio. Polvo de hombre en el hoy

Mañana

Mañana es el pasado y ayer el mañana. Algo así, terrenos fangosos del tiempo que se escapa. Pensar sobre el cambio o lo fijo. A semejanza del escurrir entre los dedos el agua finalmente. Solo queda la humedad o el recuerdo de la humedad un tiempo. Permanece el odio perro fiel dueño de la sarna. Permanece la fotografía donde vislumbramos rostros que ya no están. Igualito e igualita, dicen los amigos corteses de los buenos ojos y mejor mirada. Mañana es el tiempo indescifrable en el que se escribirán otros datos, serán otros los pasos, otros los guiños, señales para cribar la conciencia. Ya no hablemos de tiempos detenidos, o tiempos escurridos o puente entre estos y los otros. Todo se condensa en un instante. A partir de mañana pago mis impuestos, escribo la carta, compro la revista del corazón y voy al cirujano. Que a fin de cuentas más temprano que tarde ese futuro estará instalado en el hoy.

Detalles

La vida diaria son los detalles, los momentos. Las pequeñas cosas. Ese torbellino de asuntos diarios que componen el rompecabezas del día. Y entre todo, cúmulo, la mirada se asoma y busca un color, la mano otra mano franca, una línea de guía, una sonrisa para potenciar la luz. El tránsito diario entre la oscuridad y la luz, es un ejemplo de maravilla. O la luna de día que bosteza entre lo azul, las nubes blancas y el mostaza de la claridad del sol. La imagen de la biblia abierta en algunas casas en salmos o Juan 14, u otra cita que mueve el pensamiento para una calma o aliento en el destino personal. Pasa frente a la casa un niño juguetón de la mano con su madre. Una nueva flor aparece, delirio de belleza. Ha llegado el nuevo libro dice el vendedor. La nube anuncia chaparrón. La vida diaria escapa siempre, en su ritmo. Y entre las prisas del destino, por llegar primero, o calmar el tedio, enfoca cada quien su pesar u optimismo, en un colgarse de motivos. Hay tantos temas dónde asirse p

Canción nocturna

Me alumbra el concierto de la noche. Porque respira viento hinchado de esperanza. Y me abate el desconsuelo, de mirar el cielo, y percibir la lejanía de las estrellas. Mas ese brillo rotundo. En su eterno titilar. Me recuerda bien la acechanza de tu bello mirar. Lejano, cual estrella. Por eso ufano esta noche escribo. Verso y grillo. Para cantar me desvivo. Porque describo el concierto de miradas. Solo el recuerdo hace vivir las madrugadas. El eterno retorno. En el camino se construyen puentes. Entre la latitud y el rostro de la dicha.

Nos sobran los motivos

Nos sobran los motivos para las piedras y flechas. Argumentos tiranos del fracaso. Para lanzar al viento la incertidumbre de los días. Para el odio a esa parte propia de la vanidad y el ego. Sé que no pinto rojos cielos. Ni la lluvia es un capricho del destino. Escucho a Joaquín. ¿Y ese que grazna de qué país? Y yo riendo supe que no sabía de los fantasmas que aquejaban tu noche. Y escribes, escribes, donde el brillo de la tarde con luz en retirada da el toque de la buena vibra, la buena vida. Te sobran los motivos para desconfiar de mis palabras. Me sobran los motivos para confiar en el conejo de la luna. Esos que escuchas suenan raro. Como que cantan en otro idioma. Para la libertad sangro lucho y pervivo. Para que andemos rotos en la ausencia. Tomados de la mano del destino. Y el tiempo sobretodo tritura lento y nos deja una sonrisa helada por las ausencias maquillaje de la risa. Agosto bien viene en el momento preciso. Donde se escriben fianles para las historias que comienzan. Reg

Carta de buena conducta

A quien corresponda Creo interpretar esa soledad. Transparencia en los resabios. Ese liquidámbar de la plaza aquella donde dormir mirando las estrellas era el reto luego de pasar las palabras por el cedazo. Y cuando los silencios necesarios completaron el discurso. Hubo tantas historias conocidas, sintetizada en una sola. Ese correr por la libre, tras la liebre de la vida. Con el viento a favor. La espuma de las olas en la piel azucarada. Y el generoso dato del somos papel y miradas. La sirena canta, dices. Papel maché sería el destino del tanto papel en ausencia de ti. Es la generosa vida que nos tiene reservadas nuevas aventuras. Y nosotros caminamos hacia ese azul lunático. Sí. Con todo el eco de la tarde de este miércoles. Queda claro que no es disoluta la conducta, en el bien hacer de los quereres y cantares. Y este café amargo en el tramo de la luz, sabe bien cuando el té queda escrito como referencia de esas tardes. Mendelsson o Prokofiev. Se extiende la presente a petición de

Martes

Escribir sin tema no solo es decir martes o calle. Es saber que no existe imposibles para escribir. La nostalgia o los sueños son buena fuente. La memoria en general lo es. Escribir sobre un libro amado y la suerte que corrió luego de ser leído o antes como llegó a uno. Epigramas, de Catulo. Hambre, de Hansum. O escribir sobre viajes realizados o lugares y razones por donde uno quisiera viajar. Sobre los amados maestros de la infancia. Las canciones y razones para seguirlas cantando luego de la hecatombe. A pesar de todo. A pesar de Paloma querida. Ahora es martes y lo mismo fuera otro día. La rutina trata de instalarse en mi alrededor. Me cerca. Y yo abanico las posibilidades de cambio. De ser otro siendo el mismo. Saludo a los amigos del grupo de la generación con un buenos días, que no dice nada. Desde Tabasco. Los recuerdos de tantos momentos que pasamos en grupo de la Normal. Luego la información que tengo de muchos de ellos en su vida profesional. Su modo de hablar y sus sonrisas

Lunes de conciencia

Aquí estoy de nuevo. Me dijiste que me esperarías. Y te veo.  Espero  ahora cumplas lo que dijiste: vivir completo el día en ruta a lo feliz. Esto me dice el lunes en su llegada. Loca la vida si hablan los días, me digo a mí mismo. Ese tornillo roto. Esto es muy confucio. Pues bien. Ayer domingo se despidió satisfecho, y ahora llegas. Bienvenido. Luna por lunes. Dispuesto siempre yo a echar por delante los sueños, que son los que me salvan. Anoche soñé tanto que ni me acuerdo. Lo que sí es que escribí como reto de ser posible con disciplina. Esto mismo aquí con hoy. Lunes de sol, de viento callado. Promesas de sonrisas. Y de saludos a la distancia. Un buen poema de lectura como interludio de las horas. Un oído fino para la escucha permanente. Unas palabras lo mejor pensadas que salgan de mi boca. Una mirada discreta con el posible guiño. Ayer fue todo azul, como decir felicidad en dicha. Hoy es un monumento al tiempo, que se va en un solo día,  mas continúa en su fluir eterno. Viva la

Constancia

A quien corresponda: Hago constar aquí. Todo ha sido transparente. Ninguna carta as bajo la manga. Las canciones de los discos fueron eso, composiciones en las que se contaron historias de otros. Y muy al pesar las seguiremos escuchando. Semejanzas oro de siempre o mostrar el cobre. Reminiscencias de lo vivido por generaciones. En las que hubo tiernas declaraciones, frenéticas revelaciones y reconsideraciones. Vueltas al pozo de la noria. Hago constar por si se ocupa que las tardes y noches fueron luminosas. Las conversaciones fueron también luminosas. Hubo magia y poesía. Brillaban las estrellas y la luna con conejo velaba el regalo de los dioses para sus hijos. Miel para las historias conocidas de la especie. Hubo palabras relacionadas a lo eterno como verdades sutilmente mentirosas. Instantes de la dicha como caminar entre nubes y gladiolas. Hago constar que la vida no son los años, sino que se compone de instantes de feria y fiesta. Y también de pomadas para el dolor en las caídas

Ya me voy

Ya me voy, me dice el domingo, pero vuelvo. Y dale gracias al lunes por esperarme, agrega festivo. Este mundo está loco si los días hablan. Pongo ahora música de Debussy como fondo.  Me miro al espejo y recuerdo.Escarban sus notas en mí pensamiento lo de hace un año o cien. Ya no recuerdo dato exacto. Me abrazaron las notas para la calma, con sorber como parte del conjunto, también, té de las doce flores. La gitana vino a mí. Fue cuando la gitana vino a leer mi mano. Leo que tendrás un buen futuro, me decía mientras esperaba la paga por su trabajo completo. Eran sueños obtusos y generosos. Aparecían frutas, libros y lápices de colores. Bien recuerdo un balero y un trompo, ambos chamuscados. Eran sueños con los que podría sobrellevar los días. Y las noches fueron dibujando sonrisas en mi rostro. Sueños de paz. Fuegos fatuos para iluminar los callejones oscuros. Risas como distintivo de esos días. Se alternaban oscuridad y la luz. Ahora se va el domingo. Y es de noche sin acondicionado.

Domingo sol

Sol son todas las miradas. Luminosidad que se expande. Domingo de luz donde todo es claro. A pesar de los pesares trashumantes. De lo que se dice y no se hace. De los olvidos. La muñeca rota. La bolsa del pantalón vacía. De esa derrota escrita en la nube y el viento. Ensoñaciones humo. Humus vacuo. Tuvimos una lámpara votiba para nuestra oscuridad. Y la fricción pedernal sacaba chispas. Es historia general. Y todo era un instante de la muerte chiquita gravitacional. Este domingo el sol refresca con el viento. Conjunción de humedades. Y verdes saturados de los árboles. Frutos marrón. Granadas y toronjas. De nuevo las toronjas. Oigo a Sabina. No había nadie detrás de la barra del otro verano. Y los bancos llaman a cuenta del lucro. Lo sabes. No mueve mi yo las ambiciones. Dice. Y repite moda. Tacto seguro.  Llevaba tres copas, que rima con ropas.  Domingo de agosto. Hoy prefiero el azul de mar con viento combinado de sonrisa. Sol es la mirada interior. (borrador)

Domingo viento

Escribo viento. Y no sé ahora lo que digo. Estoy en una habitación de hotel. Solo. La existencia misma es parte del concepto. Estamos de paso. Un monje es visitado por una pareja de norteamericanos. Entran y ven la habitación vacía. "Le faltan muebles, su santidad". Y a la vez el monje replica con otra pregunta: "¿Y los muebles de ustedes?" Ellos responden con una obviedad absurda: "Es que estamos de paso, no los necesitamos". "Lo mismo yo, solo estoy de paso", les respondió el monje. Antier tiré el Muro de Berlín. Voy de paso. Y traje algunas piedras repartidas de una obra barata de albañilería. Todo es construcción-destrucción. Un puente roto para el paso. Amores de paso. Odios de paso. Fraternidad de paso. "Me gustó tu mundo de papel", me comentó un amigo sobre un texto donde hasta la ética es de papel. "Pero sería bueno que el fuego, que no es de papel, abrace amoroso todo", agrega. El fin del mundo. Este domingo hay vient

Domingo mar

No voy al mar, no. Lo recuerdo hoy domingo augusto. Sentarnos en la arena de playa o en risco alto y mirar las olas insistentes hasta el cansancio de la mirada. Y pensar que un pez es nuestro ancestro o una agua mala, como el origen del origen. Y pensar el anzuelo y cordel tienen un significado. Criaturas con movimiento propio y reproducción de especie para seguir este sueño que es solo un sueño. Pensar en el mar cando sorbimos todo él en un solo sorbo cuando éramos jóvenes, y solo en sueños, si acaso, ni eso. Y corrimos en la arena, tosudos, tantas y tantas veces, para demostrar lo frágil de lo minúsculo que somos, vanidad del tiempo restringido. Sin el aire no existimos.  Ruta el mar. Nuestro original origen. Tablero húmedo del ajedrez de la vida. Mas somos ciegos, peces abisales, si nos constreñimos en nuestra propia historia. Todos somos uno mismo cuando seamos nada. Este domingo arroz con leche.

De tarde

De tarde uno busca refugio en brazos y en pupila. Luego de los pasos presos, del atracón por la luz de los días, de andar de hombro de otros, y pedir a buen resguardo el desayuno de miradas. De tarde vengo a la cocina a buscar el café con leche que me tenías listo. De tarde busco el arroz con leche que me preparas. De tarde busco crucigramas para resolverlos juntos. De tarde me asomo a la cocina para la sorpresa de encontrarte de nuevo ufana. Y no estás porque fuiste de viaje al campo sonoro, de manantiales transparentes. De tarde busco tus palabras. Y no estás. De tarde busco los poemas y los libros. Y no estás porque la muerte no come golosinas. Y el postre es solo para los rebeldes. Los que abrevaron tardes de filosofía. Y escribieron notas al margen de los libros. Busco tu pupila alegre. Para situarme en el refugio de tus brazos. Tú sabes lo que digo. Cuando escribo ojos color sol, para que cante Silvio. Y las toronjas brotaron de la flor.

A veces

A veces, solo a veces, me invade por completo la melancolía por el extremo pasado. El  origen del origen de mi origen. Y la nostalgia por el extremo futuro, a donde reposarán mis sílabas monosilábicas. En estos momentos recorro parte de los olvidos y los recuerdos. Extraño marisma con el que chispas saltan de imaginación. Y escribo espejo o polvo. Un solo instante basta para saber que he vivido. Y otro instante para sorber a gotas la savia se este sábado. Y despedirme sin aspavientos.

De memoria

Mi padre traía una imagen en su cartera de la virgen de Fátima. Nunca le pregunté, ni supe el origen de ese su tesoro de papel guardado. Nunca lo supe. Mi madre escuchaba a los Churumbeles de España, con ese Abril en Portugal, y al escucharla su rostro era la viva imagen de la felicidad. Mi hermana Rosa llegó una tarde orgullosa y radiante con un disco 45rxm de Zorba El griego, de Mikis Theodorakis.  Mi hermano Chencho comró un gramófono chico y el disco de Los Relámpagos, ven amor, capullito de rosa, dame un beso en la boca. Mi cuñado Ernesto llevó el Ya supe Lupe, de los Broncos de Reynosa, con portada de músicos con fogata norteña. La que iba río abajo de verdad se llamaba Panchita. En ese  río vi cruzar cientos de inmigrantes, y mi pensamiento de niño volaba sobre el destino de los que se van. Mi maestro de matemáticas en secundaria sabía de matemáticas, y en la hora del recreo no salía de la cancha jugando retas de basquetbol. Mis amigos y yo tocábamos con guitarras y latas cancio