Mi guitarra (2)

La vi en Harlingen Tx casa de mi sobrina Janie. Linda guitarra tejana, acústica. Esas tardes en que llegaba de visita para las palabras y las risas junto a la asadera de carnes y la infaltable bebida de los viernes y los sábados. Hielo en medio del calor ambiente. Y cuando las canciones apareció la guitarra con algo de polvo. La limpié con amoroso afán. Fueron quizá unas horas de recuerdos y la algarabía al mil. Recorridos emocionales por las canciones de nuestros... pueblos. La nostalgia por la tierra lejana que lejos estoy del suelo. Y así por el estilo y esas que claman volver volver sin que sea cierto, "pos mira", "pos hombre". Yo miraba el reloj y le clamaba no marques las horas. Y al rato las despedidas. Yo creía que la habían comprado -la guitarra- en las flea market como les dicen a los mercados de segunda y tercera mano. Y no. La había dejado uno de mis cuñados con la promesa recibida de que luego la llevaran de regreso a Matamoros. Y quedé de llevarla yo, ayudar. Y me la traje hasta Tabasco sin permiso, para regresarla luego. Ahora la conservo mejor, la llevé a reparación con un amigo de la calle Zaragoza. Y ha quedado como nueva. Esta linda guitarra me acompaña a donde sea. Y a veces sueño en dar serenata. De esas carnes del inicio a que refiero, asadas, por supuesto y los cantos, han pasado ya veinte años. Y como veinte años es nada, es como si hubiera sido apenas ayer.

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