Fe de erratas

Conste. Las miradas andaban volátiles, conciencia de razón. Había música por todas partes como lluvia de emociones sentidas. Y palabras al vuelo de pájaro. Tomo un café sin azúcar. Pan duro por las tardes. Eran otros tiempos. Apenas recientes. Los sábados por ejemplo duraznos y guayabas. Conste. No hicieron daño nunca. O quizá a veces de manera ingenua. Hubo fuego. Hay fuego aún con mezcla de ceniza como polvo de estrellas. Ninguna duda. Conste. Errores de llamadas. Errores de palabras como brújulas. Palomas muertas en los caminos. Palomas queridas sencillas y simples. Conste. memorias de lo vivido, de lo soñado. Había una vez, e inicia toda la historia personal. cantamos juntos, cuando fue posible. Perfume y reloj para medir el tiempo. Conste el error de creer lo eterno como verdad sublime. Mientes también. Hoy ha sido un día de viaje al espacio. Otro café para mirar cómo se surca el tiempo, como se vislumbra un nuevo método de la vida. Recurso del método para escribir  nuestros nombres con ceniza de fuego antiguo. Aquí andamos. Cuatro tiempos, cuatro momentos, las estaciones de Vivaldi. He recibido la señal esperada. La antenita capta señales de otro tiempo. Queda la errata. Conste.

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