A veces

A veces, solo a veces, me invade por completo la melancolía por el extremo pasado. El  origen del origen de mi origen. Y la nostalgia por el extremo futuro, a donde reposarán mis sílabas monosilábicas. En estos momentos recorro parte de los olvidos y los recuerdos. Extraño marisma con el que chispas saltan de imaginación. Y escribo espejo o polvo. Un solo instante basta para saber que he vivido. Y otro instante para sorber a gotas la savia se este sábado. Y despedirme sin aspavientos.

Comentarios

  1. El origen de todo está en Dios, lo que hagamos nosotros o cualquier ser, está en nosotros, porque la libertad del Amor, juega todo.

    Dios nos da las mismas oportunidades, a todos, para conocerle y ser salvos. Heredar la eternidad que nos pertenece por ser sus hijos, que perdimos, pero Él vino a comprar, con sangre, nuevamente.
    Dios es amor, está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada átomo que llena el Universo... de nosotros depende aceptar ese grande Amor de Dios, incondicional, supremo, eterno.

    Las sonrisas del mundo, son del mundo, aquí se quedan; las sonrisas divinas, son de otro mundo, hacia allá se van, serán eternas, inmortales, todo lo demás ... pasa.

    Dios le bendiga a usted y a sus amados... aún queda un poquito de tiempo, aproveche, es tiempo de gracia, es tiempo del gran Amor de Dios, ese que nunca acaba, ese que sabe bien, que toca el alma.

    Dios le sigue... sí a usted...Eu dio adeus.

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  2. Antonio, sólo entré por aquí para aclarar algo que me está perturbando... Cuando hablo de mi poema de la educación de los príncipes, jamás me refiero a orígenes o algo así. Usted menciona que le duele, me sorprendió. Me refiero a educación espiritual, por eso hablo de manejar las armas, las armas espirituales, la fe, la oración, la Palabra de Dios, etc.
    Yo respeto mucho a las personas, los orígenes son los mismos, venimos de un padre y una madre, si nacimos en cuna de seda, en petate, en un auto, etc. eso no tiene nada que ver... mi Maestro nació en un humilde pesebre y era Dios.
    Por eso yo insisto en las reglas de la comunicación, se pueden malinterpretar palabras, acciones y dar lugar a tanto dolor.

    Por favor, le sugiero y suplico que se cerciore siempre de qué se quiere decir con esto o aquello... eso de que las letras son libres, para que el lector piense lo que quiera, no es tan bueno... ya ve.
    Los caballeros que siguen el cristianismo como es, como verdaderos hijos de Dios, pues se les llama, príncipes de Dios. Igualmente a las damas.

    Jamás hablaría yo de clases sociales, porque me cae mal eso y yo prefiero siempre a las personas humildes. Yo rechacé a ricos, Antonio, en mi juventud, porque tenia otros ideales y ahora, ya estoy vieja, ya he vivido, para que vaya para atrás como el cangrejo. Soy cristiana, todos somos iguales a la vista de Dios y Él nos ama.
    Dios le bendiga siempre y a sus seres queridos.

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