Escucho a Silvio

Es domingo y  Silvio. Pido un deseo: rabo de nube. Me levanté tan de nube, temprano. Y me asomé a las flores, para saber si hubo suficiente rocío. Si no para resolver su sed. Esta vez no hubo arroz con leche. Mas hubo pasas, nuez y cacahuate. Luego de postre  uvas y toronjas. Silvio en cada canción muestra lo indisoluble entre la música y poesía, No es menor el dato. Todos los que existen lo saben. De la luz y el amor. Si no creyera en Silvio o Aute, andaría jugando a las vencidas. Y mi estrella en la frente sería  distintivo del lucro. Es domingo. Tarde de sol y sombras. Nubes viajeras. Mirlos y canarios. Libros subrayados. Qué manía para resaltar palabras. Silvio sigue. Y vivo en un país libre. Sin pedir nada. O casi. Je. Que no es lo mismo, pero es igual.

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