Algunas veces

Cuando vamos de fiesta por la vida, olvidamos que luego vienen momentos de desvelos. En todo caso la felicidad no siempre es lo que pensamos en la infancia, ni cúmulo de sucesos continuos. Algunas veces venimos de tribular por los caminos. Y queremos se transforme el carro en calabaza para una buena y tibia sopa. Y vienen los contadores de cuentos para alegrarnos el momento mientras pensamos en otras cosas: el horizonte, la utopía, el sueño de los dioses. Algunas veces buscamos en los archivos personales un verso que nos transporte al menos en recuerdo a esa juventud de oro e infancia de azúcar de algodón. Y encontramos datos de nuestra vida que olvidamos a fuerza de no pensar en ello. Tuvimos agua simple. Y preferimos la sed con juego y hambre. Tuvimos lealtad en corazones. Y buscamos maquillaje de ocasión, un reto al equilibrio. Las peras siguieron siendo peras. Serpiente con manzana, el mito,  siguió su ruta. Y la calabaza venía en presentaciones de hojalata con pintura brillante. Algunas veces me da por merodear las dunas del desierto o playa. El cuaderno de rayas tiene menos rayas ahora.  De alguna manera y algunas veces se sueña la vida promisoria que sí es. Algunas veces nos fuimos.

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