Bipo

"Soy bipo", me dijo llorando y riendo, triste, seria, sueños. Escribía un texto. Mas bien copiaba palabras inconexas.  Miraba perdida el infinito donde nos perdemos en preguntas filosóficas y metafísicas. Y creí comprender la afirmación. No por mí, sino por otros. Otros pensamientos cuando susurran dicha o tristeza. Sé poco o más bien nada. Línea rota. Franqueo de paso. Border line. Estaba yo instalado en lo más profundo del sueño. Había rayos y centellas en la noche oscura de solo nosotros. El conglomerado de constelaciones bipolares en la galaxia nocturna o matutina. La palabra bipo resonó en mí mismo. Y me dije esto es la locura real, la totalidad de la alegría, la dicha. Busqué rápido mi diccionario viejo de medicina ortodoxa. Y venían afirmaciones que reconocí en mí mismo, algo de depre, nostalgia, melancolía, en trances de pasar frontera sin límite, imaginarias. Nada sé de medicina, apenas remedios caseros para el mal de ojo o la gripa. Mucha vitamina c. Recuerdo de infancia el vendedor de hierbas que pasaba por las casas. Y salían nuestras madres a comprar manzanilla, albahacar, sábila, mejorana. Rompió la carta mil veces antes de borrarla nuevamente. Yo le había dicho antes para curar de espanto que me daba por ponerme verde y cortar las flores de los patios solitarios y comer pétalos hasta el cansancio con un poco de agua simple. "Aún resuena la palabra bipo a la distancia. Como campana de iglesia. Como el tambor milenario. Como lo que somos exactamente. Polvo de ceniza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam