Ángeles de la cultura

Los ángeles de la cultura son incansables. Siempre sonrientes, están aquí, allá y en todas partes; los encuentras cuando menos te lo esperas. Y te saludan con una gran alegría, como si te conocieran de años. Son los que se dedican a promover actividades culturales. Lo hacen con apoyo oficial y sin él, se autollaman independientes, y lo son. Miras sus avisos e invitaciones por todas partes. Para asistir a una lectura de obra, a un concierto, a una exposición, a una obra de teatro. Son adictos a la lectura. Y saben de casi todos los temas. Algunos son muy jóvenes, otros no tanto. Los distingue su dinamismo y sonrisa. Saben ser amigos. Y esto implica lealtad y respeto. Pero también alegría. Algunos trabajan para instancias culturales. Sean federales, estatales o municipales. Y también los encuentras como docentes en las escuelas. No muchos, pero los hay. Cuando estos promotores de la cultura llegan a una escuela, rápidamente se dan cuenta si hay o no sus iguales, cómplices. Ellos asimismo escriben, pintan, actúan, tocan instrumentos, cantan, sueñan. Hacen una o varias actividades de las anteriores. Con poco dinero, o sin dinero, se mueven como peces en las artes. Son incansables. Becados o no. Pagados o no. Dedican su tiempo a compartir las artes como pan y sal. La mayoría de veces llegan a sus actividades muy poquitas personas. No se desaniman. Al contrario, es como un reto. Yo conozco a muchos. Bienechores de lo humano. No escribo sus nombres, porque se me puede olvidar alguno, y eso es lamentable. Talleres. teatros con techo o al aire libre, parques de ciudades o poblados, bibliotecas, galerías, salas de concierto, auditorios oficiales. Sí, también en la calle. En todas partes. Son un pan De Dios. Y sí, no son perfectos. Tienen sus grillas y todo. Pero la sustancia es la actividad que realizan en bien de la sociedad. La promotoría cultural. La creación de cultura. Échales la mano, cuando puedas. Regálales libros. Asiste a sus actividades propias o de promotoría. Invítales una cheve o un taco. No lo piden. Mas lo agradecen.

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