Los libros

Sean pocos o muchos. No faltan, tampoco sobran. Los libros. Se puede vivir sin ellos. Más el libro es el símbolo de la civilización. La historia misma se diferencia de la prehistoria en función del invento llamado escritura.
De sobra conocida la anécdota donde un periodista le pregunta al ex presidente Peña sobre los tres libros que lo influyeron. Parece chiste, pero no salió bien librado. ¿Cuenta la Biblia?
Y luego al Secretario de Educación de su gobierno, Aurelio Nuño, fue corregido por una niña que le escuchó con claridad en un discurso que leer lo pronunció como "ler".
Yo no me jacto por ser lector. Si algo nos define,como a todos,  es lo que hemos leído. Nuestro lenguaje depende en gran medida de ello.

En mi casa no había libros. Más bien los únicos que había eran los de texto gratuito. Gracias a ellos la gran mayoría de mexicanos pudimos estudiar.
Yo no recuerdo cuál fue mi primer libro que leí. Pero bien me hubiera gustado que fuera uno de poesía.
En el primer diciembre que nos reunimos luego de que terminamos la escuela normal, y ya cada quien teniendo plaza de trabajo, Óscar Eligio se deshizo de muchos de sus libros. "Llevense los que quieran", nos dijo señalando un rincón donde había muchos. Yo escogí dos. Aún los conservo. De Isaac Deutcher: El profeta armado y El profeta desarmado. Dos de la trilogía biográfica de Leon Trostky
tky. El otro es El profeta desarmado. Le di las gracias por el regalo. Y gracias de nuevo, a la distancia.
A veces cuando alguien nos pregunta sobre los libros que nos han influido. O la lista de los diez. O cuáles tres nos llevaríamos a un hotel o isla desierta. Correspondemos a ese juego con algunos nombres de libros y autores.
Yo iba integrando en mis años juveniles una colección a la que nombré "Hurtado". Con pena y todo dejé de aumentarla cuando el propietario de la librería de la 6 y Bravo me pilló, pero le caí bien. Me dijo: no los hurtes.  El que gustes llévalo sin pagar, y cuando lo leas me lo devuelves.
Yo he sufrido para decir no, cuando me piden prestado un libro. Se cuenta que Don Alfonso Reyes tenía una magna biblioteca. Y le gustaba que la conocieran sus visitas. A propósito de inhibir peticiones de préstamo había colocado un letrero que decía: "Visitante, no me pidas un libro prestado. Esta biblioteca se integró precisamente con libros prestados". Lo cual era obvio que no era cierto.
He regalado libros. Me han regalado. Valoro el obsequio. En ese orden me gustan: poesía, narrativa, filosofía, historia, periodismo.
Tantos autores, tantos libros, de tantas épocas, de tanta geografía. Difícil y arriesgado dar un solo nombre, ni tres, cinco o diez, de libros.  Perodentro de lo difícil se vale pronunciar los nombres de autores: Juan Rulfo, Augusto Monterroso, Kafka, Borges, Knut Hamsum, Kundera. Walt Whitman, Ezra Pound, Bukowski.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam