Oratoria y declamación

En general el arte en la escuela. Luego escribiré sobre teatro y música, pero ahora es sobre oratoria y declamación. No precisamente por asunto de concursos. Sino que es un deber que todos los alumnos tengan la oportunidad de desarrollar la habilidad de expresarse en público, cada vez con menos nerviosismo.
Tuve la oportunidad de convivir y ver muchos concursos de oratoria y declamación. Tengo amigos maestros que son especialistas en esas disciplinas. Y son actividades con las que yo he aprendido mucho y me he acercado a otras áreas del conocimiento.
En mi escuela Normal había una semana cultural, como muestra de lo que se estaba aprendiendo. Y había mucho entusiasmo por ver a nuestros participantes. Escuché allí por primera vez los poemas de León Felipe y Pablo Neruda. Ya en la secundaria había escuchado a muchos otros. Y traté de aprenderme algunos para participar. El caso ya lo he dicho. Mi ganancia era atreverme. Pero había otros compañeros que lo hacían siempre bien.
La idea es que todos los alumnos practiquen la expresión oral. Que en cada materia haya exposiciones de manera reiterativa. Y que en los homenajes y en cualquier otro evento, desde preescolar, sean los alumnos los que los dirijan.
Vaya, hasta que pasen a leer al frente, ya van venciendo ese temor natural.
En mis reuniones de padres de familia, yo les pedía a dos alumnos que se prepararan para dar la bienvenida a sus progenitores. Y era una alegría para sus padres o tutores ver a sus hijos al frente expresando sus ideas en esa hilación discursiva.
A veces me atrevo a mencionar nombres de compañeros de la Normal, oradores y declamadores, que eran como maestros nuestros en sus participaciones. Entre ellos Gloria Luz Rodríguez, Celso Reyes, Joel Zúñiga Castillo, Óscar Eligio, Martín Cantú. En la secundaria Victor Orduña, Toño Rocha, y perdón el olvido de otros nombres.
Entre La Chacha Micaila; Por qué me quité del vicio; Los motivos del lobo; No me contéis más cuentos; y muchos más; mas los discursos con temas sociales y políticos, fueron dando forma a nuestro pensamiento, y generaron inquietudes para la búsqueda de otros más, y así tener un bagaje menos vacío, por decirlo de esta manera.
Reitero. Trabajar con todas estas actividades no son con el fin de ganar concursos. Es con el fin de que todos, absolutamente todos los alumnos y alumnas, desarrollen sus habilidades verbales. Por supuesto, habrán algunos alumnos que destacan; y cuando hay alguna convocatoria sea de la Secretaría de Educación o de otras dependencias, no andamos corriendo, sino que ya se les invita de manera directa a prepararse para dichos concursos.
La idea, quede claro, es que en el caso de oratoria, sean los mismos alumnos quienes elaboren su pieza de oratoria. Porque tienen que investigar, citar, redactar, hilar ideas. Y en el caso de declamación, tiene mucho de teatro, volumen y énfasis de voz, dicción, etc.  Y el poemas forma parte de un momento de la historia del país, evolución del lenguaje, etc. Se sintetizan allí en esas actividades temas y asuntos de la mayoría de materias. Y tienen que leer mucho, para elaborar buenos discursos, convincentes; y tienen que leer muchos poemas, para seleccionar el que más les acomode.
Excelentes maestros de ceremonias, excelentes oradores en eventos de familia o comunidad, ya cuando son ex alumnos. O son los que levantan la mano en las reuniones de ciudadanos, cuando tienen que expresar alguna idea, propuesta o reflexión.
Entre varios alumnos que tuve en mis años laborales, me permito recordar a Fidencio Ramos y a Marychuy. Son ahora excelentes lectores y ciudadanos. Seguros de sí mismo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam