De película

Cuando a los alumnos se les anuncia que verán películas durante el año escolar, ellos se imaginan que van a ver de las que ven en su casa o entre sus amigos: acción y terror. Donde haya espantos, aparecidos y fantasmas; y asimismo donde haya balas, y lances intrépidos de karate o Jiu Jitsu.
Es decir, de las comerciales que son muy vistas por sus padres y demás familiares.
En ese sentido la curiosidad de los por ver películas en el aula, debemos de aprovecharla. Y conducir su interés, en el interés del Plan y Programas, para que las películas sean atractivas, pero sean también de aprendizaje para alcanzar objetivos concretos.
Temas de historia, de ciencia, de valores, históricos, de explicación, migrantes, de inclusión, de injusticias y muchas otras, son las que deben verse, cuando menos en la escuela.
Mi padre me llevaba al Cine Popular, cercano a la casa, para ver películas de vaqueros, y de las del cine de oro mexicanas. Allí empecé a comprender lo que significa la cinematografía. Que es un trabajo de muchos, tanto técnico, como artístico, de investigación, de creatividad,  y tanto más.
Hace muchos años era difícil ver películas en la escuela. Apenas se lograba ver alguna con alguna pequeña empresa itinerante que iba de escuela en escuela. Y tenían que cobrar una cantidad por alumno. Y muchas veces esas películas eran más o exclusivamente de diversión. Y la empresa donaba una pequeña cantidad a la escuela, fuera para compra de artículos de limpia o herramientas de trabajo. No se cierran los ojos, ni se tapa el sol con un dedo, por allí algún escaso director se quedaba con esa parte, pero nunca fue la norma.
Doña Tencha, una señora rica con la que yo trabajaba cuando niño y preadolescente, vió la película Papillón, con Dustin Hoffman y Steve Maqueen, y al día siguiente, a mis 12 años, me dió dinero para la entrada y palomitas para que yo la fuera a ver al cine. ¿Por qué razón? Porque ella, que tenía pocos estudios, era visionaria y vislumbraba que en muchas películas van mensajes que `pueden llegar al corazón y cerebro del que las ve. Y les permite vislumbrar un mejor futuro. Y por supuesto eso modifica para bien sus actividades en el diario vivir.
En 1991 vimos en una escuela de Las Gaviotas Sur, la mítica película Casablanca, en blanco y negro, con Humprey Bogart e Ingrid Bergman. Amor, valores, lealtad, nostalgia, los nazis, en Marrakesh. La persecución política, etc. Hace unos pocos años me encontré a una ex alumna, que por cuestiones económicas no pudo seguir estudiando, y recordó la película.
Algunas sugerencias: La sociedad de los Poetas muertos; Lecciones inolvidables; Katmandú; La sonrisa de la Mona lisa; El maestro; La clase; Profesor Holland; Los coristas; Rebelión en las aulas; Hoy empieza todo; el pequeño salvaje; La lengua de las mariposas, etcétera.
Hay muchas más; y el maestro deberá seleccionarlas de acuerdo a las circunstancias específicas del programa.
Para eso el docente deberá explicarles a los alumnos del tipo de películas que corresponden al ámbito escolar. Para convencerlos. Y de allí a que se conforme un cine club, es lo correcto. Porque una película no hace verano, aunque sea golondrina.
Este tema de hoy es motivado por la entrega de los premios Óscar. Pero cabe destacar que no son los únicos premios del mundo. Cada país promueve los propios. Otros de los importantes: Sundance; los Goya, españoles; los Bafta, ingleses; los Arieles, los de Morelia, y muchos otros.
A todos ellos llegan buenas películas. Y a veces muy buenas. Para eso debemos tener la curiosidad y acercarnos a ellos.
Además ver películas programadas con base en el Plan de estudios, le da otra dinámica al trabajo dentro del aula, además de la motivación y el logro de aprendizajes.
Claro. No todas tienen cañón. Así es la realidad.
El año pasado de los Premios Goya, vimos Los campeones, en la que un entrenador importante es castigado por manejar borracho, y su castigo es entrenar a un equipo de basquetbol de personas con discapacidad. Fenomenal. Y el documental Gaza, sobre el sufrimiento de los palestinos que viven en esa franja territorial.
Amén de otras que tuvimos la oportunidad de ver. No. No había las condiciones para verlas. Hicimos las condiciones.

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