Ayer soñaba

Ayer soñaba. Un cielo azul con estrellas fugaces. Leche y miel para todos. Alimento para todos los niños. Ayer soñaba en edificios gigantes. Y que yo ascendía por fuera para llegar a cualquier piso. Y me asomaba por la ventana. Miraba ropa antigua. Postales en sepia. Y cartas de amor y amistad. Mis padres de vez en cuando, plácidos, me visitan.
Pero hoy mi sueño es que llegué a una escuela preparatoria. A dar clases. Y que me tocaba un salón con recovecos, espacios aparte, donde estaban escondidos viendo televisión grupos de muchachos. Y yo trataba de explicarles en mi primer clase sobre la importancia de la educación y nadie me hacía caso. Muchachos y muchachas sanos, despistados. Ellos en su charla por grupitos, buena gente. Muchas televisiones tenía el aula. Y de pronto encendían una. Luego otra. Yo se las apagaba. Y ofrecía ponerles 6 a todos los que no quieren estudiar pero que me dejaran trabajar con los que sí, y siempre quieren. No hubo pleitos ni gritos. Tampoco reclamos. Había receso y yo seguía con mi batalla con ese grupo. La no atención. Y yo con mi discurso. Y creo que sabía que era un sueño, pero que era la realidad, como la vida misma que es un sueño.

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