Carta a la carta

Lo que gustes, viejo. Me dijo al acercarse a atenderme. Una carta, por favor, le pedí. Y me dio la carta del restaurant. Y me puse a revisar el tipo de epístolas que servían. Al amor y la amistad. A Dios. Padre o madre. A un extraño indiferente. Y me puse a recordar cartas que he leído. Y las que he escrito. Cuando escribo del tema, recuerdo mucho el libro de William Saroyan, ese armenio californiano.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Mi mascota, la cabra (11/s)