La carta

La carta dirigida a la Dra. Egla Cornelio, Secretaria de Educación, publicada hoy en la mañana en las redes, fue escrita con el fin de alertarla, que quienes quedaron como responsables de aterrizar la estrategia de enviar los recibos de pago a los correos de los trabajadores de la educación, no cumplieron su función. Solo eso.  Y la hice en favor tanto de la institución en su conjunto como de los trabajadores que la integran, para que no pasen lo que yo pasé, por tres días como pelota de un lado a otro, y hasta con risas de burla de algunos trabajadores. Y cinco horas a la espera sin que se resolviera nada. Los sabotajes para que quede mal un titular de dependencia a veces se hacen por omisión, por intención, por negligencia, o por incompetencia. Lo mío ya se resolvió. Y agradezco la atención del área de Recursos Humanos; hubo un trabajador que se apersonó para resolver. No sé su nombre, si no, hiciera público el reconocimiento. Yo espero que el tema de los recibos de pago se resuelva con diálogo entre la institución y los sindicatos, para el bien de los trabajadores, que la mayoría viaja de municipios, algunos lejanos, y no se merecen maltrato institucional. Y este maltrato proviene de algún trabajador o funcionario de la gran estructura de una Secretaría como lo es SETAB. Jamás mis escritos serán para ofender o denigrar a nadie.
Conmigo hay confianza en mis textos porque los firmo. No tengo troles, ni me escudo en el anonimato para decir las cosas. Lo hago de frente. A los funcionarios o trabajadores que con sus acciones quieren hacer quedar mal a la titular, mínimo se les debe llamar la atención. Y si reinciden, separarlos del cargo.
Mil disculpas para algún lector, más papista que el Papa, que se ofendió porque hice pública mi carta a la Dra. Egla Cornelio. Los que decimos verdad y de frente, no somos enemigos.
Yo seguiré escribiendo porque es mi motivo de vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam