Es entonces que el domingo se aparece de pronto. Y recuerdas la lectura aquella, de algunas ideas para pasar mejor un domingo. Y sirva para reflexionar. No pasa nada. Me escriben desde Macallen y piden siga escribiendo como si nada sobre los domingos. Ya dije caminar. Correr o volar. Visitar iglesias o templos. Pero de entrada un café, té o chocolate. Si prefieres agua simple, está bien. Ama tu cuerpo. Es el único que tenemos para navegar en la vida. Si eres adolescente, tu deber es amarlo. Si eres grande de edad , amarlo.  Es deber. La decrepitud no llega si no se ha instalado en tu mente. Es el Cconsuelo de muchos.  Cuando lees que escribo volar, no digas "no puedo. Eso es imposible". Es una figura literaria para decir que eches a volar tu imaginación o la memoria. Esta tiene tanto. La otra tiene mucho. Estos son ejercicios de pensar.  Que fortalecen los músculos sensibles del cerebro, que es finalmente donde residimos los seres humanos, diferencia con los otros maravillosos seres vivientes. Baila, canta, brinca, haz muecas. La vida es teatro. Y vienen buenos monólogos frente al espejo. Canta, práctica algunas canciones. Ahora que el karaoke está muy de moda en las reuniones, es feo que todos pasen y tú no. Que te achiques o apoques, todos se dan cuenta.  No todas las canciones nos quedan. Identifícate con algún cantante. Siente sus canciones. Sean de alegría o de las que hacen llorar. Es feo pasar y que desafines en la mayoría de notas.

Haz tu siembra de flores, cebollas o papas. Siempre es maravilloso ver germinar las semillas, brotar y ver crecer la nueva planta. Y la satisfacción de consumir alguna fruta o legumbre de tu siembra. Cosechas lo que siembras. Nunca vientos, ni enojos, o cosecharás tempestades. Planea visita al médico. Y hazle caso. Decía Hipócrates,  de los deslumbantes médicos antiguos: te curas si estás dispuesto a renunciar a lo que te enferma. Y la rutina y prisa enferman.

Visita algún amigo, amiga. O llámales. La amistad y el amor son los mejores motores humanos. Nadie vive tu domingo por ti. Admira la belleza de las flores. De todo lo sencillo que te rodea. Nada fue creado en vano. Ni los moscos u hormigas que te pican. Si quieres leer, hazlo. Nadie te vigila mejor que tu conciencia.

Si es necesario sírvete otro café, té o chocolate acompáñalo con pan. Poco pan. Pero recuerda que no solo de pan vive el hombre.

Yo cargo dos libros. El Cien años de Soledad. Y Cartas a Lucilio, este del gran Séneca.

Llevo una hamaca. Salgo al campo. Me acompaña mi guitarra. Y pido permiso en el camino. Para acampar.

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