Concursos

Hace rato Facebook me trajo un recuerdo. Es un video de un concurso de salta cuerda en el municipio de Ocampo, Tamaulipas. Y veo allí, parte de mis recuerdos, de cuando en las escuelas primarias había concursos de rondas, coros y, precisamente, salto de cuerda. El video en mención es de parejas. Belleza la coreografía, pero sobre todo ese espíritu y alegre que mustran ellas, que transmiten vitalidad y arte.
Podemos estar a favor o no de los concursos estudiantiles. Pero se reconoce el trabajo en conjunto de directivos, maestros y padres de familia en la formación de los escolapios.
Ahora en mi etapa de jubilado (que por cierto aún no termino el trámite), recibo invitaciones de amigos para ser jurado en concursos de oratoria o declamación. Y acepto con gusto. Lo hago porque es parte de mi formación como estudiante y maestro de básica, el elaborar convocatorias, y procurar que haya claridad en las reglas. Pero destacando que los concursos empiezan dentro del grupo. Para que todos los alumnos tengan oportunidad de desarrollar las habilidades previstas en el Plan y Programas de estudio.
En el caso de oratoria y declamación, siempre habrá oportunidad con los temas, de redactar con claridad y coherencia un tema y exponerlo, y la exposición debe ser con seguridad, dominio del tema y pronunciamiento claro de todos los sonidos (fonemas) que van en las palabras.  Y esto, por supuesto, que no es solo responsabilidad del maestro de español en secundaria. Cada materia debe de aprovecharse para que los alumnos se explayen en público, dominen el miedo y su autoestima se mantenga en un nivel normal. Ojo: no se les prepara para que compitan. Sino para que todos desarrollen las habilidades. Algunos, por supuesto, tienen facilidades para hacerlo mejor. Sea porque ellos mismos traen impulso y practican más. O porque sus padres ayudan en la preparación. Lo que sí, es que no se debe quitar la oportunidad a nadie.
Y en el caso de declamación, el poema lo aprenderán en la materia de español, quizá, pero también hay poemas históricos y de otros temas.
Qué difícil ser jurado. Me gustaría que me invitaran a ver el concurso, solamente. Y disfrutar las participaciones. Como lo he hecho en mi lejanas primaria y secundaria. Como disfruté los concursos de declamación y oratoria en mi escuela Normal, con compañeros super especialistas. Ser jurado es una distinción, pero es la responsabilidad de lograr que quede el mejor. Aunque los que quedan en segundo y tercer lugar, por esas razones que comprendemos, consideran que merecen el primero. Por eso las convocatorias deben de incluir, a mi parecer, un punto que diga: el fallo del jurado será inapelable. Y los casos no previstos, los resolverán los organizadores.
En fin que mi gira de jurado incluye miércoles 26 de febrero; el lunes 2 y viernes 6 de marzo, hasta ahorita. Me da gusto ver la entrega de maestros y alumnos. Y mi reconocimiento por anticipado.

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